[LADEP] Enfermedad laboral y cambio climático

El día mundial de la seguridad y salud en el trabajo, se centrará en la repercusión del cambio climático en la salud laboral
Andalucía, 29/04/2024
Suelo seco

Cada 28 de abril, la Organización Internacional del Trabajo conmemora el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, centrándose  anualmente en un tema de actualidad y relevancia. Este año 2024, se abordará las repercusiones del cambio climático en la seguridad y la salud en el trabajo, y analizará los desafíos que presenta para la población trabajadora y las empresas. (OIT, 2024)

El cambio climático es un fenómeno planetario, pero sus efectos son locales y afecta la condición de vida de las personas disminuyendo la capacidad productiva de la tierra, la disponibilidad de recursos naturales y el funcionamiento normal de los ecosistemas (Rojas Hernández, 2016)

El cambio climático presenta desafíos importantes para el desarrollo sostenible y tiene importantes repercusiones en el crecimiento económico, el empleo y la salud. Asimismo, los patrones climáticos cambiantes tienen consecuencias notables en el mundo del trabajo, afectando en particular a la seguridad y la salud de la población trabajadora. (OIT, 2024)

Las evidencias científicas predicen que la alteración climática global provocará serios impactos tanto sobre los sistemas naturales como sobre los sistemas socioeconómicos por lo que la variación global del clima no debe considerarse un fenómeno solo ambiental puesto que impacta también sobre la economía y fuerza la adopción de estrategias políticas de adaptación frente a estos efectos. Es por ello que el cambio climático y el marco político para alcanzar una transición ecológica van a definir una reconversión de la fuerza laboral con impacto en materia de Seguridad y Salud en el Trabajo (SST), lo que exige una anticipación frente a la aparición de nuevos riesgos laborales o el agravamiento de determinados riesgos ya existentes.

Los métodos para evaluar el impacto del cambio climático en la salud laboral, especialmente están demasiado simplificados. Los modelos actuales a menudo no consideran las exposiciones en el lugar de trabajo en el paradigma de los factores personales, demográficos y sociales que contribuyen a los resultados negativos para la salud. Pues múltiples factores contribuyen a la vulnerabilidad a nivel individual y comunitario, incluidas las enfermedades preexistentes, la edad, el género, el acceso a viviendas seguras y asequibles, la inseguridad alimentaria, el acceso a la atención médica y escaso nivel de saneamiento en sus comunidades (Dally et als., 2022)

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha estado monitoreando la relación entre el cambio climático y la salud y seguridad de los trabajadores durante muchos años. En 2009, la OIT publicó un informe que destacaba los peligros del cambio climático para los trabajadores.

En España, el marco político queda definido por el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030 y por el Plan Estratégico de Salud y Medioambiente (pdf) que requieren la valoración del impacto potencial del cambio climático sobre la salud de la población trabajadora y la adopción de las medidas de prevención correspondientes.

En definitiva, el cambio climático, a fuerza de haber sido ignorado durante décadas, se ha convertido en una emergencia que debe ser atendida de inmediato. Sus efectos son tan trascendentales y las condiciones en que vivimos y trabajamos tan deficitarias en relación a la sostenibilidad que las actuaciones deben ser inmediatas. Ciertamente, se podría considerar que en los últimos años se han adoptado medidas de prevención respecto de la salud laboral, especialmente en relación a evitar los efectos que provocan el aumento de las temperaturas; también lo es que la pandemia ocasionada por el SARS-CoV-2 ha puesto el punto de atención sobre la prevención en el trabajo de enfermedades transmitidas por virus y otros agentes infecciosos; sin embargo, son pequeños pasos en un camino largo, tortuoso y bastante imprevisible. (Carrioza Prieto, E. s.f.)

La crisis climática, la mayor amenaza para la salud de la población trabajadora

Algunos ejemplos de riesgos laborales agravados por el cambio climático son el estrés térmico que es el estado de malestar que se produce en el cuerpo humano debido a los cambios de temperatura, ya que en épocas de excesivo frío o calor estamos expuestos a condiciones ambientales adversas; las condiciones meteorológicas extremas que son fenómenos que ocurren de manera inusual; las enfermedades transmitidas por vectores que son infecciosas y propagadas por algunos organismos como insectos, caracoles, virus, entre otros, e incluso la exposición a riesgos químicos que cada vez está siendo mayor.

El estrés por calor o los fenómenos meteorológicos extremos afectarán principalmente a los trabajadores al aire libre y especialmente a aquellos cuya actividad sea físicamente exigente. La agricultura y la construcción son sectores considerados especialmente en riesgo. También pueden verse afectadas varias categorías de trabajadores que trabajan en espacios cerrados, especialmente aquellos que trabajan en espacios calurosos que no tienen aire acondicionado. La experiencia demuestra que incluso los trabajadores de oficina pueden verse afectados si el edificio carece de un aislamiento o de un sistema de refrigeración o ventilación adecuado. Algunas de las posibles medidas preventivas son el cambio de horario, la organización del trabajo, la inversión en equipos adecuados y el acceso al agua. No obstante, es importante señalar que algunas de estas medidas pueden introducir nuevos peligros.

Según Dally et als (2020) se espera que los trabajadores al aire libre, especialmente aquellos que realizan trabajos manuales intensos, sean los más afectados, como consecuencia del calor creciente, pues tienden a experimentar y reportar mayor número lesiones ocupacionales, no sólo por estrés por calor o deshidratación, que a menudo son los únicos resultados examinados.

Los cambios en el clima pueden influir sobre la frecuencia y la distribución a nivel global de las enfermedades transmitidas por vectores. Las enfermedades vectoriales o enfermedades transmitidas por vectores son aquellas infecciones que se propagan entre humanos a través de ciertos organismos, como insectos, caracoles y arácnidos. De hecho, en los últimos años se ha observado un aumento de los casos autóctonos y brotes epidémicos de ciertas enfermedades de transmisión vectorial en Europa. En el grupo de enfermedades víricas de transmisión vectorial se incluyen algunas de las más relevantes desde el punto de vista epidemiológico en nuestro país, todas ellas transmitidas por mosquitos (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, 2013). Los trabajadores más expuestos son aquellos que desarrollan actividades al aire libre, especialmente en el medio natural, y aquellos que están en contacto con ganado, o trabajan en medio acuático dulce o salobre.

Por otro lado, el mayor cancerígeno laboral, el sol, y que se asocia directamente con el cáncer de piel por exposición a la radicación UV, agravará su incidencia conforme aumente la temperatura global. Según un informe de OIT, en la actualidad, hay 1.600 millones de personas que están expuestas a la radiación UV, y se registran más de 18.960 muertes por cáncer de piel no melanoma al año, relacionadas con el trabajo (Euronews, 2024)

Los impactos del cambio climático en la salud mental han recibido menos atención de investigación y en la literatura sobre el cambio climático como factor de riesgo para la salud mental está creciendo rápidamente, pero se caracteriza por varias limitaciones y lagunas en la investigación. Si bien el cambio climático se considera la mayor amenaza para la salud mental mundial en el próximo siglo, abordar esta amenaza podría ser la oportunidad más importante para dar forma a las decisiones a para desarrollar políticas y planes sólidos de mitigación y adaptación basados en evidencia con el potencial de generar amplios beneficios para la sociedad y el medio ambiente. (Charlson et als. 2022;)

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