El Estudio “Work-related causes of mental health conditions and interventions for their improvement in workplaces”, publicado en la prestigiosa revista “The Lancet” y realizado por el University College Cork (UCC) de Irlanda, aporta nuevas evidencias científicas sobre los grandes avances en la salud psicosocial (mental) de la población si se presta la debida atención a la mejora de los entornos laborales (factor de protección), así como sobre el aumento de estos problemas si persisten condiciones nocivas (factor de peligro). Según el estudio la población activa es la que sufre mayoritariamente los problemas de salud mental – un 15% - siendo los más comunes la depresión, la ansiedad y el abuso de sustancias.
Una de las cuestiones en las que incide el estudio es en la necesidad de desarrollar intervenciones más proactivas que vayan más allá de la intervención de nivel individual. El informe esboza algunas recomendaciones para que los responsables apoyen un trabajo saludable y seguro. A saber:
- regular y controlar las condiciones de trabajo con mayor incidencia psicosocial
- desarrollar y mejorar políticas sobre trabajo mentalmente saludable, con especial atención a las personas trabajadoras con peores condiciones laborales
- orientación sobre la creación y mantenimiento de un trabajo mentalmente saludable en todos los niveles de una organización y promover programas sistemáticos de capacitación
- mejorar los incentivos y controles públicos a la promoción de condiciones de empleo y de trabajo más adecuadas, creando conciencia social sobre la relevancia de los factores laborales en el bienestar de las personas
La responsabilidad también es, pues, de los gobiernos a través de políticas e inversiones en esta dirección, garantes y promocionales de la salud mental en los lugares de trabajo. La naturaleza, gravedad, duración y cronicidad de los trastornos mentales son determinantes importantes de la discapacidad actual y futura. Para las organizaciones y los empleadores, las preocupaciones incluyen la disminución de la productividad y el desempeño organizacional.
En consecuencia, la salud mental en el lugar de trabajo se ha convertido en un área de políticas activas y desarrollo de prácticas. Por ejemplo Thriving at Work (pdf) del Reino Unido de 2017 establece lo que los empleadores pueden hacer para apoyar la salud mental de las personas trabajadoras y detalla los principales costos de una mala salud mental para las empresas y la economía. En Australia, la Comisión Nacional de Salud Mental ha lanzado la Iniciativa Nacional en el Lugar de Trabajo para proporcionar un enfoque coherente para la salud mental en el lugar de trabajo. Desde la perspectiva de la salud ocupacional, las iniciativas políticas para codificar la gestión de los riesgos psicosociales en el trabajo incluyen la Norma Canadiense de 2013, Directrices de la Organización Internacional de Normalización de 2021, y directrices de la OMS de 2022.
Precisamente, de todas estas prácticas, incluyendo las que se desarrolla en cada vez más número de empresas españolas, algunas asentadas en Andalucía, se hablará, de forma didáctica y práctica, en la jornada que el LARPSICO organiza, el próximo 29 de noviembre. Esta jornada sobre buenas prácticas empresariales en promoción de la salud mental en el trabajo, que tendrá lugar en Granada, Parque de las Ciencias, se desarrollará en formato de paneles y mesas de personas expertas en la materia, de Mutuas Colaboradoras de la Seguridad Social, y Servicios de Prevención Ajenos, así como de empresas establecidas en Andalucía con experiencia en la implantación de medidas exitosas para proteger y promover la salud mental a través de la gestión eficaz de los factores y riesgos psicosociales.
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