[LADEP] Ganadería y enfermedades profesionales: la lucha contra las patologías zoonóticas

Andalucía, 08/11/2023
Vaca

Recientemente, la conocida como "covid de las vacas" ha sacudido al sector ganadero español, generando temor e incertidumbre en un sector clave para la economía del país. La Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) llegó a la península ibérica en noviembre de 2022 y se ha propagado de manera alarmante, afectando principalmente al ganado vacuno y a cérvidos silvestres (Figura 1). Aunque estas enfermedades no son transmisibles, por ahora,  a humanos, ni comprometen la calidad de la carne, su impacto en la industria ganadera es innegable, y pone el foco sobre el riesgo de los profesionales de la ganadería por exposición a agentes patógenos de sus animales (García, 2023; Lizarralde, 2023; Martínez y Martínez, 2023; Berzosa, 2023).

Mapa de situación actualizada a 18/10/2023 de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica

Figura 1: Mapa de situación actualizada a 18/10/2023 de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (pdf). Fuente: Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

La aparición de este tipo de noticias luz sobre un problema latente al que se enfrentan los ganaderos en España; las enfermedades laborales derivadas de la exposición a agentes biológicos. En concreto, el virus de Enfermedad Hemorrágica Epizoótica que está amenazando el bienestar de cientos de reses, no afecta directamente a las personas (por lo que no se podría considerar una enfermedad zoonótica), pero plantea importantes cuestiones sobre la bioseguridad en la ganadería y la necesidad de adoptar medidas preventivas y protocolos efectivos para proteger la salud del ganado y del ganadero.

El contacto directo con animales provoca que los trabajadores del sector ganadero estén expuestos a diversos riesgos laborales, entre los que se encuentran las enfermedades infecciosas que se transmiten de los animales a las personas, conocidas como zoonosis. Las zoonosis son enfermedades que se transmiten de forma natural de los animales vertebrados al ser humano y viceversa. Algunos ejemplos son la rabia, la brucelosis o la tuberculosis bovina. Se calcula que existen más de 200 enfermedades zoonóticas que pueden afectar al ser humano (Alonso Espadalé y otros, 1998). Apenas hemos dejado atrás la impactante lección que la pandemia de la COVID-19 nos brindó sobre los efectos devastadores que una enfermedad zoonótica puede tener en la sociedad, por lo que resulta pertinente preguntarse; ¿A qué riesgos biológicos se enfrentan día a día los ganaderos españoles y que hacen para protegerse?

En el sector ganadero, las principales actividades que conllevan riesgo de transmisión de zoonosis son la asistencia al parto, la atención a las crías, la alimentación, el traslado y el cuidado del ganado, el ordeño, la esquila, el cuidado de las pezuñas y los cuernos, así como la limpieza de los animales y sus instalaciones.

Entre los principales agentes biológicos que se pueden transmitir en el sector ganadero encontramos una amplia diversidad que van desde organismos simples como virus y bacterias, hasta complejos como el caso de hongos, parásitos y artrópodos (Tabla 1).

Zoonosis en el sector ganadero

Tabla 1: Riesgos de exposición a agentes biológicos en ganadería. Elaboración propia a partir de los datos recopilados en documento del INSHT, Sección técnica Nº 55

Según Alonso Espadalé y otros (1998) estos agentes pueden transmitirse por contacto directo con los animales infectados, la inhalación de aire o polvo contaminado, o el contacto con sus fluidos, tejidos, excrementos o productos. Para prevenir las zoonosis en el sector ganadero es importante en primer lugar identificar el tipo de animales y los agentes biológicos que les son propios. También es clave evaluar los riesgos asociados a cada actividad laboral en contacto con los animales o sus productos. Cabe destacar, que cada modalidad ganadera presenta riesgos biológicos especificos que pueden ser totalmente diferentes a otra. Podemos destacar el caso de Rinotraqueítis infecciosa bovina presente en el ganado bovino y la Enfermedad de Aujezsky en el caso del ganado porcino.

Es por tanto que, frente a la existencia de estos agentes infecciosos en el entorno laboral ganadero urge la elaboración e implantación de protocolos que ayuden a los ganaderos a luchar contra estas enfermedades y al mismo tiempo a protegerse de ellas. Según García Puente y Ruiz-Figueroa (2002) entre las principales medidas preventivas se encuentran:

  • Control sanitario de los animales, sacrificando los enfermos y vacunando al resto.
  • Higiene personal de los trabajadores, con lavado frecuente de manos.
  • Utilización de ropa y equipos de protección personal adecuados.
  • Limpieza y desinfección de instalaciones y vehículos ganaderos.
  • Correcta eliminación de residuos y subproductos animales.
  • Formación e información a los trabajadores.
  • Exámenes médicos periódicos.
  • Vacunación de los trabajadores frente a enfermedades como el tétanos o la rabia.

La vigilancia de la salud de los trabajadores es fundamental, ya que la aparición de enfermedades es un indicador de que existen deficiencias en la prevención de riesgos. Un control e investigación científica exhaustiva es vital para mantener a raya la proliferación de estas enfermedades y reducir al máximo la posibilidad de que uno de estos patógenos rompa la barrera interespecíficas.

Las zoonosis suponen un serio riesgo en el trabajo con ganado que no debe minusvalorarse. Requiere de la participación de veterinarios, biólogos, médicos y técnicos en prevención de riesgos laborales para establecer las medidas preventivas más adecuadas en cada caso. De este modo se podrá proteger la salud de los trabajadores de un sector tan importante para nuestra economía.

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