[LARPSICO] “La vuelta al cole”: se acentúa el conflicto trabajo-familia como factos de riesgo psicosocial, como evidencia el INSST

Andalucía, 29/09/2023
  • Publicadas dos NTP sobre el conflicto trabajo-familia y la doble presencia como factor de riesgo psicosocial
  • Este factor de riesgo tiene una especial relevancia en clave de prevención con perspectiva de género

Septiembre marca el inicio del curso y, por qué no, del año laboral y como cada año, las personas trabajadoras se enfrentan a la vuelta a la rutina tras el periodo de desconexión veraniego y, muchas de ellas, a la obligada conciliación laboral familiar. Lo que parece, de un año para otro, el día de la marmota, no lo es porque, en este mundo actualmente cambiante de las relaciones de empleo, algunas circunstancias han mutado. Las nuevas formas de trabajo requieren niveles de exigencia mayores que aumentan la probabilidad de conflictos entre trabajo-descanso-vida privada. Ahora bien, si, por una parte, estos nuevos empleos permiten a los trabajadores disfrutar de horarios de trabajo más flexibles, por otra, plantea importantes preocupaciones en relación con el bajo nivel de protección, dejando el trabajador de beneficiarse de la seguridad y salud en el trabajo. Existe así́ una “crisis del derecho del trabajo”, con innumerables nuevas cuestiones jurídicas y riesgos psicosociales.

Jornada Laboral

Fuente: INSST

La modificación de las tipologías de trabajo y el constante crecimiento de la presión sobre las personas trabajadoras culminó en un cambio de los impactos del trabajo en la salud, que tradicionalmente se centraba en las consecuencias físicas, incrementándose el impacto en la salud mental. Además, la incorporación de la perspectiva de género hace necesario tener en cuenta especialmente este conflicto trabajo-familia o conflicto de la doble presencia como un riesgo psicosocial importante en la actualidad, que precisa de una gestión preventiva.

Las dos nuevas NTP son pues, oportunas, en publicación – al inicio del verano – como en la temática como decimos. A saber:

  1. La NTP 1185 incide en la evidencia científica y alerta sobre las consecuencias para la salud de las personas expuestas a estas situaciones.
  2. La NTP 1186 recoge su evaluación y las medidas preventivas a aplicar.

Cada vez existe una mayor conciencia de que el ámbito familiar y el laboral no suponen departamentos estancos, sino que interfieren el uno en el otro, más en aquellas circunstancias en las que el hogar se convierte en el espacio de trabajo. La dilución de fronteras afecta a los tiempos, pero también a las demandas de uno y otro espacio pudiendo provocar daños en la salud mental y también, en ocasiones, en la física. Las principales causas se relacionan con la organización del trabajo: intensidad de la carga de trabajo, la prolongación de las jornadas laborales, cambios en los turnos con escaso tiempo de preaviso, escasez de servicios para el cuidado de las personas dependientes… y, como apuntábamos, la perspectiva de género es evidente por lo que se hace necesario tener en cuenta la división sexual del trabajo como determinante de una exposición desigual. Así lo ponen de manifiesto la Encuesta Europea de condiciones de trabajo – España, la Encuesta de empleo del tiempo, la Encuesta de calidad de vida en el trabajo y la Encuesta europea sobre calidad de vida.

El tradicional concepto de doble jornada o doble carga se ha matizado desde la psicosociología, diferenciando entre el concepto de doble jornada y doble presencia. Así, la doble jornada hace referencia a la suma del trabajo remunerado y el doméstico, mientras que la doble presencia considera que la exposición a exigencias familiares y laborales se produce de forma sincrónica generando demandas simultáneas o superpuestas en el tiempo. La doble presencia pues, tiene varios componentes: la cantidad de trabajo, el tiempo invertido y el esfuerzo de gestión y organización. Pero la doble presencia también significa una doble ausencia al exigir estar presente físicamente, pero ausente mentalmente, lo que implica consecuencias para la salud mental (pdf) que se manifiestan en una espiral de pérdida de salud y una mayor tensión en el trabajo. Los síntomas identificados son tensión psicológica (stain), cambios de humor, irritabilidad, agotamiento emocional, ansiedad, depresión, burnout, trastornos del sueño, riesgo cardiovascular, hipertensión, aumento del consumo de fármacos. Esta sintomatología deriva en problemas como: dificultad para el desarrollo de funciones maternales y paternales, insatisfacción marital, laboral y vital, bajo rendimiento, poca motivación y absentismo.

Evidenciados los síntomas, las circunstancias y los problemas derivados se hace necesaria una intervención en varios niveles:

  • En la cultura empresarial, facilitando la conciliación
  • Ordenando el tiempo de trabajo y respetando la jornada establecida
  • Incrementando la autonomía y el control de la persona sobre su trabajo
  • Introduciendo medidas moduladoras de las altas demandas laborales.

En conclusión: La evaluación de los riesgos psicosociales incluyendo el factor relativo al conflicto “carga familiar- carga laboral” no solo favorece la toma de conciencia de su importancia y promueve la implementación de políticas y prácticas dirigidas a la intervención las condiciones de trabajo, también en clave de género.

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