[LARPSICO] Los riesgos psicosociales emergen en los ecosistemas de startups: la tecnología digital como solución y problema, y viceversa

Andalucía, 14/06/2022
  • En un entorno de competencia global y transformación digital, España tramita una ley para crear ecosistemas eficaces que promuevan un volumen de empresas emergentes de base tecnológica (“sturtups”) que atraigan capital financiero y talento profesional
  • Según los datos de la empresa emergente (“startup”) de consultoría y servicios tecnológicos UENI, el 20 por cien de las personas emprendedoras en este ámbito sufren un estrés elevado, y casi el 42 por cien un estrés moderado.
  • El personal cualificado de las empresas emergentes (“startups”) se sienta cada vez más en “el diván” -aun digital- de los profesionales de la psicología: el estrés y el burnout se convierten en problemas cada vez más habituales en estas empresas

Proyecto de Ley de Fomento del Ecosistema de Empesas Emergentes "Ley Startups"

A finales del año pasado, el Gobierno español, una vez aprobado y pasado por la debida audiencia pública el Anteproyecto presentado través del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, aprobó el Proyecto de Ley de Fomento del Ecosistema de Empresas Emergentes, la conocida como “Ley de Startups”. Con él, el ordenamiento español, en línea, pero algo más tarde, que el resto de las principales economías europeas, pretende promover el desarrollo de un potente ecosistema de empresas punteras y vanguardistas en el uso de las nuevas tecnologías de todo tipo, en especial, pero no solo, digitales, a través de la simplificación de los trámites para la creación de esta nueva tipología de empresas y establece un sistema de incentivos para atraer tanto personas emprendedoras como empleadas de alta cualificación. Una alta cualificación, para afrontar una intensa competencia (buena parte de este tipo de empresas tiene una elevada “mortalidad”, no dura más de dos años), que no necesariamente, va acompañada en todos los casos, de una pareja alta retribución y de condiciones de trabajo que favorezcan la disposición de tiempos de dedicación personal y familiar.

De este modo, España se dispone a competir en la “división de honor” de la competición entre empresas y países para la atracción de “capital financiero” y de talento profesional (capital humano) nacionales e internacionales para el desarrollo de un ecosistema emprendedor con vocación innovadora en nuestro país. No solo se trata de dar visibilidad global al ecosistema español de empresas emergentes, sino de atraer inversión de capital, financiero y de talento, con lo que se pondría igualmente fin a la precedente “fuga de cerebros” nacionales. Se recoge en este proyecto de ley una visión innovadora y unitaria de conceptos antes muy diversos, como las “empresas de base tecnológica”, las “pymes innovadoras” o las llamadas “jóvenes empresas innovadoras”. A tales fines, se conceden importantes medidas tributarias y fiscales para impulsar la atracción del talento internacional y favorecer la creación de “Hubs digitales” en España. Asimismo, una atención especial se dedica a promover una categoría de profesionales nueva: las personas trabajadoras nómadas digitales (régimen de visado específico y un régimen tributario más favorable para atraer teletrabajo internacional).

Si bien la tramitación del proyecto lleva enfangada en el Congreso varios meses, se prevé que esté publicada antes de acabar el año 2022, entrando en vigor sus medidas a partir del año 2023. Sea como fuere, no es dudosa la voluntad de España de acelerar el crecimiento de este tipo de empresas, a fin de dar un impulso relevante al tantas veces comprometido cambio de modelo productivo, para que las empresas y profesionales en España resulten más competitivos y apuesten por la obtención de sus ventajas competitivas sobre la capacidad innovadora y la alta cualificación profesional. El uso intensivo de tecnología propia es inherente a este tipo de organización empresarial, pues se exige que la actividad requiera:

  • “la generación o un uso intensivo de conocimiento científico-técnico y tecnologías para…nuevos productos, procesos o servicios y para la canalización de las iniciativas de investigación, desarrollo e innovación y la transferencia de sus resultados” (art. 3.1, Proyecto de Ley).

Ambiento de la salud y atención sanitaria

El ámbito de la salud y la atención sanitaria, por lo que aquí interesa, es uno de los sectores con mayor proyección de los ecosistemas de empresas emergentes intensivas en el uso de las nuevas tecnologías, en especial digitales, aunque no solo, claro está. La crisis sanitaria de la covid19 ha dado un impulso definitivo a este proceso, acelerando el ritmo de presentación de proyectos innovadores desde la irrupción de la pandemia. El denominado “sector e-health”, que año tras año, desde 2019, ya antes de la pandemia, bate récord de inversión, está llamado a ser un pilar central la transformación digital en toda España, si bien parece hallar una especial acogida en determinados territorios, como la Comunidad Valenciana. Si en otros lugares se está formando una potente red de startups relativo a sectores como la ciberseguridad (ej. Málaga, para la Comunidad de Andalucía), en la Comunidad Valenciana se crean las condiciones para alentar una red de startups y centros de innovación en salud. Así se articula a través del programa “Distrito e-Health”, que pretende sentar las bases para el mayor ecosistema público-privado de salud digital de España (empresas emergentes, pymes tecnológicas, hospitales, laboratorios farmacéuticos, aseguradoras, universidades y centros de investigación).

En otras CCAA, startups como “Heris” tratan de especializarse en abordar soluciones digitales para patologías de gran relevancia en nuestro tiempo, como los ictus y sus importantes secuelas, tratando, al tiempo de, hacerlos accesibles (“democratizar” o “socializar”) a todas las personas. Estas terapias digitalizadas, validadas por el Hospital San Carlos de Madrid, buscan facilitar la interacción entre pacientes y profesionales de la logopedia logopedas para que las personas que sufren “afasia” (perdida de voz) recuperen lo antes posible, en cada caso, su capacidad comunicativa. De este modo, no solo se ofrecerían soluciones más avanzadas, sino que también permitiría luchar contra las “largas listas de espera de las terapias públicas”.

En el ámbito de la seguridad y salud en el trabajo también se están dando pasos en esta dirección de crear “Centros de Innovación Tecnológica” (“IT Hub”), mediante la interacción de empresas y entidades de innovación tecnológica. Un ejemplo muy interesante conocido en estos días es el relativo a la aplicación de la realidad virtual al servicio de la prevención de riesgos. Del mismo modo, cuidar de la salud mental de las personas empleadas en las empresas cada vez constituye el objeto de un número mayor de empresas emergentes -startups-

Problemas relacionados con la salud laboral

“¿En casa del herrero, cuchillo de palo?”. Ahora bien, al tiempo que los ecosistemas de startups emergen como una inmensa fuente de oportunidades para innovar soluciones, a favor de la maximización de los beneficios del desarrollo industrial, y también de los progresos en la salud humana, pública y laboral, también dejan aflorar en ellas problemas significativos de salud laboral en su personal, precisamente a raíz de la intensa presión competitiva en la que se ven inserto. La creciente competición, tanto interna como, sobre todo, global, a que se ve sometidas buena parte de los startups, que lucha por su propia supervivencia, deja emerger con mayor frecuencia el descontento o malestar de personas profesionales muy cotizadas, pero que se ven afectadas por el estrés laboral, la ansiedad e incluso el burnout (síndrome del profesional quemado) pueden cambiar de empresa. No se trata solo, pues, de recordar el conocido “estrés de la persona emprendedora”.

Por supuesto, de esta modalidad de estrés no se librarían, más bien se agudizaría, en las empresas tecnológicas emergentes (según los datos de la empresa emergente –“startups”- de consultoría y servicios tecnológicos UENI, el 19,59% sufriría un estrés elevado, el 41,63% moderado). Además de ello, los conflictos de funcionamiento en entornos tan competitivos provocan, en el seno de sus equipos, una espiral de estrés que, a menudo, constituyen un factor determinante del fracaso de la empresa emergente: 1 de cada 2 desaparecen en un plazo de 5 años máximo). Naturalmente, no solo este alto porcentaje de fracaso empresarial, sino el temor fundado a que se produzca genera mayores tasas de movilidad y rotación, por lo tanto, de inseguridad contractual. Además, en este tipo de empresas de constata, por su propia cultura de empresa, una mayor conectividad, en la medida en que la plena dedicación al objetivo de la empresa exige ir más allá del 100 por cien de dedicación en el tiempo de trabajo.

En definitiva, el estrés, la ansiedad e incluso el síndrome de burnout están cada vez más presentes en la vida diaria de estas empresas. De este modo, los factores de riesgo psicosocial adquieren mayor habitualidad en la gestión de las empresas tipo startups. En consecuencia, los ecosistemas de sostenimiento de esta tipología de empresas emergente también deberán aportar soluciones, en una clave de prevención, de psicosociología clásica y de innovación digital (ciber-psicología), frente a estos aflorados factores y riesgos psicosociales en sus entornos de trabajo. La protección eficaz frente al estrés será, por tanto, al mismo tiempo, una condición para aumentar la tasa de éxito de las empresas nuevas.

Plataformas digitales

Justamente, de nuevo, la digitalización vuelve a aparecer como solución para el problema que aquella ha contribuido a crear: la prestación de servicios de psicología aplicada a la gestión de riesgos laborales mediante plataformas digitales, que facilitan el encuentro de profesionales de la psicología y de las empresas emergentes, recreando unos entornos de prevención especialmente familiares para estos. La creación de entornos ambientes sujetos a una competitividad extrema, como “única” vía para lograr las ambiciosas metas económicas y empresariales marcadas, condicionadas por exigentes demandas de las entidades inversoras (pese a su denominación, su actuación no respondería tanto al nombre de “ángel inversor”, al predominar más bien una pretensión de rentabilidad de su inversión), deriva a menudo en un paralelo “reverso oscuro” o “tenebroso”, integrado con altos niveles de estrés y conflictividad. En estas situaciones, gana presencia el recurso a plataformas digitales que, también ellas con estructura y modelo de negocio típico de una empresa emergente -startups-, ofrecen servicios de gestión psicosocial especializados a este tipo de empresas emergentes

Si la crisis sanitaria pandémica normalizó el trasvase de servicios, también en el plano de la salud (pública y laboral) del mundo presencial al digital, y el sector de los servicios de psicología en general, y aplicado a la prevención de riesgos laborales en particular, no es ninguna excepción (desde 2018 existe un Código de telepsicología del Colegio Oficial de Psicología), el tiempo de la recuperación ha alentado un gran interés por este tipo de servicios por parte de las direcciones de recursos humanos. Y ello tanto en las grandes empresas como en las de menos dimensiones, pero uso intensivo de las tecnologías, como el caso de las empresas emergentes. Justamente, entre las cinco competencias digitales que las personas directivas de recursos humanos valoran más, a fin de superar los desafíos que plantea el futuro de la empresa y del trabajo, estaría la capacidad de gestionar conflictos en el seno de las organizaciones de forma inclusiva, a fin de mejorar la ventaja competitiva de sus empresas desde la mejora del bienestar del personal, incluso del personal directivo mismo, no en su deterioro.

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