[LADEP] Trabajando en un mundo cada vez más cálido: patologías por estrés térmico y desempeño laboral

Las capacidades cognitivas del trabajador empiezan a disminuir por encima de los 38.5ºC
Andalucía, 28/08/2023
Trabajador bebiendo agua

En la actualidad, nos encontramos expuestos a un contexto de cambio climático que está generando cambios en la temperatura media del planeta, y que cobran especial relevancia en países del arco mediterráneo, ocasionando además que los records de máxima temperatura se batan semana tras semana. No obstante, y pese a estos contextos extremos, especialmente en época estival,  la actividad laboral no se detiene, y en estos casos es importante saber cómo afecta este incremento de la temperatura a las personas en su ambiente laboral, tanto en el desempeño de sus tareas, en las relaciones sociales en el lugar de trabajo, como en su propia salud.

Reflexionar sobre los límites del cuerpo humano ante situaciones de disconfort térmico, nos permitirá conocer que líneas no se deben traspasar en aquellos contextos laborales especialmente expuestos. El concepto de estrés térmico es algo con lo que, lamentablemente, estamos más que familiarizados, ya que constantemente nos encontramos bombardeados por noticias en las que se refiere y el número de artículos científicos que hablan de este proceso no para de crecer año tras año, pero, ¿de qué se trata?

El estrés térmico en contextos laborales se refiere a la carga neta de calor a la que está expuesto un trabajador, como resultado de las condiciones ambientales y la actividad física que realiza en su puesto de trabajo (AEMET, 2023). El cuerpo humano tiene un rango de temperatura interna adecuado que debe mantener para funcionar correctamente, y el estrés térmico se produce cuando el cuerpo no puede regular su temperatura adecuadamente. Como efecto de esta situación de estrés, se provoca una sobrecarga térmica como respuesta fisiológica del cuerpo humano al estrés térmico, y corresponde al coste que le supone al cuerpo humano el ajuste necesario para mantener la temperatura interna en un rango adecuado. Entre los factores que miden y que determinan el estrés térmico potencial se incluyen la temperatura del aire, la humedad relativa, la velocidad del aire, la radiación, la actividad metabólica y el tipo de ropa. Es importante recalcar que el estrés térmico puede tener efectos negativos en la salud del trabajador, como disminución del rendimiento cognitivo, deshidratación, agotamiento, episodios de shock por golpe de calor, llegando incluso a la muerte si se excede y mantiene en el tiempo. Pero… ¿dónde está esa línea roja?

En un artículo publicado en el año 2017 por el doctor Cyril Schmit, del French National Institute of Sport, sugiere que el estrés por calor puede tener un efecto bifásico en el rendimiento cognitivo. Mediante una combinación de mediciones de temperatura central, tareas cognitivas de diferente complejidad, tecnologías cerebrales y mediciones fisiológicas, los investigadores mapearon el rendimiento cognitivo a diferentes niveles de hipertermia, tanto inducida pasivamente como por ejercicio. Descubrieron que con el aumento inicial de la temperatura central aproximada a 38.5°C, las tareas cognitivas simples y complejas mostraban mejoras transitorias en la velocidad y precisión. Esto fue evidenciado por tiempos de reacción más rápidos y tasas de error reducidas. Las técnicas cerebrales de neuroimagen sugieren que esto se debe a una mayor activación de las vías dopaminérgicas del cerebro y en áreas corticales clave involucradas en procesos cognitivos. Es decir, el leve calentamiento aumenta la excitabilidad neuronal.

Sin embargo, cuando la temperatura corporal comienza a exceder aproximadamente los 39°C, el rendimiento cognitivo comienza a deteriorarse, especialmente en tareas que requieren mayor esfuerzo mental como la memoria de trabajo o la resolución de problemas. En esta ocasión, las técnicas cerebrales mostraron una reducción de la actividad en áreas corticales importantes para la cognición. Esto sugiere que el cerebro tiene más dificultades para mantener un buen rendimiento cuando tiene que lidiar tanto con las demandas de concentración de la tarea como con el estrés fisiológico por el excesivo calor derivado de las demandas del cuerpo para mantener ajustada la temperatura interna. (Figura 1).

Representación esquemática del rendimiento cognitivo relacionado con el calor (Elaboración propia)

Figura 1. Representación esquemática del rendimiento cognitivo relacionado con el calor (Elaboración propia)

La dirección de las flechas indica la naturaleza del efecto de Tcuerpo en el rendimiento cognitivo. Este efecto puede ser positivo (flecha apuntando hacia arriba), neutral (flecha apuntando horizontalmente) o negativo (flecha apuntando hacia abajo). La línea discontinua vertical corresponde al "umbral" cognitivo, es decir, la carga cognitiva máxima (100 %) que el sujeto puede soportar antes de que cesen los beneficios cognitivos inducidos por la hipertermia.

Pero, ¿qué problemas presenta un trabajador a la hora de realizar su labor bajo condiciones de estrés térmico?

  • Deterioro en tareas cognitivas complejas que requieren mayor esfuerzo mental, como memoria de trabajo, función ejecutiva, aprendizaje verbal y velocidad de procesamiento.
  • Menor capacidad de memoria de reconocimiento y mayor tendencia a respuestas impulsivas en lugar de controladas.
  • Descenso generalizado en la velocidad de respuesta cognitiva incluso en tareas simples, sugiriendo un enlentecimiento global de los procesos mentales.
  • Reducción de la actividad y conectividad entre áreas corticales clave para funciones ejecutivas y atencionales.
  • Aumentos en los niveles de cortisol, lo que se ha relacionado con deterioro de la memoria declarativa y el aprendizaje bajo estrés.

Por lo tanto, es importante tomar medidas preventivas para evitar el estrés térmico durante la jornada laboral, como mantenerse hidratado, usar ropa adecuada que facilite la transpiración, no trabajar en solitario, cubrirse la cabeza y protegerse los ojos, fomentar el uso de protección solar, tomar descansos regulares, evitar la exposición prolongada a altas temperaturas y en caso de trabajos en exteriores evitar trabajar en las horas centrales del día. Siendo profundamente fundamental una buena planificación laboral que adapte el ritmo de trabajo a las temperaturas durante la jornada laboral (INSST, 2023)

En conjunto, estos hallazgos sugieren una relación con forma de U invertida entre la hipertermia y la cognición. Temperaturas elevadas suponen un riesgo para el trabajador, ya que al disminuir sus capacidades cognitivas por el efecto del calor lo hace susceptible de sufrir accidentes de trabajo derivado de estos. La adecuada información y formación del trabajador, unidas a la concienciación y potenciar espacios “térmicamente saludables” por parte de las organizaciones, se hacen vitales para afrontar un escenario laboral extremo cada vez más frecuente.

Bibliografía

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