[LARPSICO] La Comisión Europea promueve y pide planes de la salud mental en la agricultura y Francia adopta iniciativas pioneras

• “Frente a las difíciles condiciones de vida, el suicidio de los agricultores representa el último acto de borrado, revelador de las fragilidades económicas ciertamente, pero también morales y culturales que afectan a los mundos agrícolas”. François Purseigle, Bertrand Hervieu 
• “Una agricultura sin agricultores”. Presses de la FNSP, 2022

Entre los estragos del cambio climático, que afecta especialmente, dentro de la Unión Europea, a la cuenca mediterránea, está la pertinaz sequía que padecen países como España. Una sequía que, sin duda, pone en riesgo el trabajo y la supervivencia de decenas de miles de personas. Está profunda crisis, sumada a otras situaciones recurrentes difíciles de funcionamiento de los mercados de producto agrarios, convergen en que la actividad en el campo, la agricultura, sea de una de las que mayores dificultades para la subsistencia profesional genera. Los factores de estrés (no solo térmico) se multiplican. 

La Comisión Europea lleva tiempo preocupada por esta cuestión en un sector de actividad que parecía poco proclive. Así, el proyecto europeo “Farmwell”, una red temática europea de Horizonte 2020, promueve el cuidado de salud mental de los agricultores a través de la innovación social. Su objetivo es, pues, mejorar el bienestar mental, físico y social de las personas dedicadas a la actividad agraria haciendo accesibles para ellas innovaciones sociales que hayan sido capaces de afrontar desafíos sociales comunes dentro del colectivo. Para evaluar los costes-beneficios de estas prácticas usa el método de Retorno Social de la Inversión (SROI) para medir el impacto social de los casos seleccionados en cada país.

En definitiva, este proyecto deja emerger las dificultades del día a día en el trabajo del sector agrario, agravadas con las crisis recurrentes que se ceban en él (emergencia climática, guerra de Ucrania, etc.). Tiene la virtud de dar a conocer prácticas novedosas que mejoran la profesión. En la web del proyecto Farmwell se pueden encontrar casos reales de agricultores en Europa (en el programa participan solo 6 países: Bélgica, Grecia, Hungría, Italia, Polonia y Rumania) con metodologías de innovación social que pueden experimentarse en otros.

Justamente, para tratar de impulsar una acción europea más generalizada en toda la Unión Europea respecto a la salud mental en la agricultura, la Comisión Europea, a través de la nueva estrategia global de salud mental, propone, dentro de su iniciativa 14, la: “Campaña EU-OSHA. Lugares de Trabajo Saludables en toda la UE sobre riesgos psicosociales y salud mental en el trabajo” (2026-2027-2028). 

Esta iniciativa se plantea poner el foco en diversos sectores de actividad nuevos, como en otros que considera se han “pasado por alto”. Entre ellos, junto al sector de la construcción, incluye el sector de la “agricultura”. Para dar efectividad a esta iniciativa, se anima a los Estados miembros a concienciar sobre los problemas de salud mental de las personas agricultoras y las poblaciones de las zonas rurales, llamando al apoyo de la política agrícola común (y su importante nueva condicionalidad social). Con ello se quiere desarrollar e implementar políticas y mejores prácticas para ayudar a centrarse en la prevención y fortalecer la resiliencia de los trabajadores esenciales, incluidos, junto a  los profesionales de la salud y de la educación, que suelen ser los incluidos usualmente, a los de la agricultura. Para ayudar a los Estados miembros, la Comisión se asegurará de que EU OSHA elabore un informe que aborde los riesgos psicosociales en el sector agrícola.

Pues bien, en este contexto, y teniendo en cuenta que uno de los problemas de salud mental más relevantes se vincula a los suicidios, destaca una experiencia pionera en Francia. En este sentido un informe de la Inspección General de Asuntos Sociales (Igas) francesa establece 43 recomendaciones operativas relativas a la prevención del riesgo suicida entre los agricultores. En el Informe se pone de relieve que existe una nueva necesidad de afrontar esta cuestión de la salud mental en la agricultura y en gran medida se vincula a la llamada “tercera revolución agrícola”, aumenta considerablemente las presiones tanto sobre las personas dedicadas a la agricultura de forma autónoma como sobre las que lo hacen asalariadamente (jornaleros/as). Este informe actualiza “la hoja de ruta para la prevención del malestar y para el acompañamiento de los agricultores y trabajadores agrícolas”, de acuerdo con la Circular interministerial del 31 de enero de 2022 y tras el nombramiento el 3 de febrero de un coordinador nacional por parte de los ministros competentes en agricultura, salud, solidaridad y trabajo.

Se establece, de este modo, un Plan Integral de Prevención y Tratamiento del riesgo suicida y el malestar en el trabajo agrario. Se basa fundamentalmente en;

1. La mejora de los conocimientos sobre los factores de riesgo y, más generalmente, de malestar en la agricultura, que afecta tanto a los agricultores como a los trabajadores agrícolas
2. La acción sobre los diferentes factores de riesgo mediante la prevención primaria, actuando en particular sobre los resultantes de los cambios importantes que experimentan las profesiones agrícolas y de las tensiones que se desarrollan entre la agricultura y la sociedad
3. La detección del acompañamiento y el cuidado de las personas en situación de riesgo, mediante la implantación de dispositivos de alerta, acompañamiento y atención de personas en situación de riesgo, sobre la base de un diagnóstico local
4. La implicación de todas las partes interesadas. Ser propone la dirección nacional y lo más cerca posible de los territorios de este plan, basado en un dispositivo flexible de coordinación interministerial y colaborativa.

La hoja de ruta conduce así a una política pública de prevención de las consecuencias psico-sociales de los cambios en la agricultura que analiza el conjunto de factores de riesgo (económicos, profesionales, sociales, familiares, sociales y ambientales). Se inscribe en la dinámica del Pacto y de la Ley de Orientación Agrícola (PLOAA) y que diseña el camino hacia la mejora de la salud integral, también mental, de las personas afectadas, las que dedican su vida a trabajar en el campo para alimentar a la sociedad