Entre el 13 de junio y el 18 de julio de 2023, se desarrollará el curso semipresencial “Pruebas y modelos de vigilancia de la salud laboral” en el Centro de Prevención de Riesgos Laborales de Córdoba, dependiente de la Junta de Andalucía. La formación contará como docentes con profesionales e investigadores de referencia en el ámbito de la Salud Laboral en nuestro país, destacando la presencia de Montserrat García Gómez, técnica del Ministerio de Sanidad; el profesor de la Universidad Pompeu Fabra Fernando G. Benavides o D. Luis Colmenero Ruiz, Jefe de Gabinete de Fomento, así como otros expertos pertenecientes a la Asociación Catalana de Salud Laboral, el Instituto Catalán de Seguridad y Salud Laboral, la Dirección General de Trabajo, Seguridad y Salud Laboral de la Junta de Andalucía, la Asociación Andaluza de Enfermería del Trabajo, el Instituto Andaluz de Prevención de Riesgos Laborales y diversos Centros de Prevención de Riesgos Laborales de Andalucía.
La inauguración corrió a cargo de D. José Antonio Leiva Márquez, Director del Centro de Prevención de Riesgos Laborales de Córdoba y de D. Adrían Salvador Yaque Sánchez, Jefe del Servicio de Coordinación Técnica de la Dirección General de Trabajo, Seguridad y Salud Laboral de la Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía.
El LADEP participó mediante la conferencia inaugural impartida por su Director Científico, el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Huelva, profesor Carlos Ruiz Frutos, con el título: “Actualización epidemiológica de las enfermedades profesionales emergentes”. En su intervención, el Profesor Ruiz Frutos abordó los problemas de salud que en la actualidad suponen un reto para los profesionales de la medicina y enfermería del trabajo y que deben considerarse prioritarios.
Entre los riesgos emergentes se encuadran aquellos desconocidos previamente, y causados por los nuevos procesos, tecnologías, tipos de lugares de trabajo o cambios en la organización, así como los riesgos antiguos pero que recientemente son percibidos como un problema por la sociedad o que recientes investigaciones los hayan identificado como un riesgo para la salud. Entre los primeros, se encuentran los producidos por los procesos de fabricación y el uso de nanomateriales, de las tecnologías de la información-comunicación-digitalización, los relacionados con prácticas de crowdsourcing o los derivados de los denominados empleos verdes. Entre los riesgos “tradicionales” pero que han cobrado actualidad estarían, entre otros, el cáncer laboral y la salud mental.
Los nanomateriales se encuentran en gran número de procesos, que van desde las emisiones volcánicas, arena del desierto, tabaco, o virus-bacterias, hasta los motores diesel, hormigón, neumáticos, pinturas, filtros solares, naves espaciales, equipamiento deportivo, alimentos o medicamentos. Con efectos conocidos en los pulmones y de naturaleza parecida a la exposición al amianto, a nivel cardiovascular y en otros muchos órganos.
Por otro lado, el crowdsourcing o colaboración colectiva es una forma de trabajo que ha cobrado especial protagonismo en las últimas dos décadas ligado, sobre todo, a la generalización de internet en los procesos de trabajo. Pero su popularidad ha conllevado, además, el aumento de los procesos de desregulación del empleo y la dificultad para la gestión de la salud laboral de los trabajadores implicados, cobrando en la actualidad mayor relevancia que otras problemáticas como las derivadas del teletrabajo o de la deslocalización de empresas.
Otra tipología de riesgos a tener en consideración, sería la de aquellos derivados de los llamados empleos verdes, cada vez más demandados pero, a su vez, incorporando nuevos factores y elementos que pueden transferir el riesgo del medioambiente al trabajador.
Desde hace años se conoce sobradamente, y a nivel científico, la relación existente entre el cáncer laboral y, al menos, 47 sustancias clasificadas por la Agencia Internacional del Cáncer (IARC), aunque su abordaje sigue siendo una prioridad por parte de todos los organismos públicos internacionales.
Otro de los problemas recurrentes de salud en contextos laborales, pero que ha adquirido especial relevancia a partir de la pandemia por COVID19, son aquellos relacionados con la salud mental en el trabajo. No cabe duda que, por la gravedad y las preocupantes cifras de prevalencia de este tipo de trastornos, se sitúa como una verdadera “pandemia” de nuestros días, y que requiere, sin duda, una apuesta decidida por parte de todos los actores públicos y las organizaciones implicadas.
Entre las conclusiones a destacar de esta conferencia inaugural, el profesor Ruiz Frutos señaló que los profesionales de la salud laboral deben estar preparados para abordar diversos problemas de salud de forma preventiva, y que aún no se han manifestado de manera generalizada, entre otros motivos, por no haber pasado suficiente tiempo para tener investigaciones concluyentes desde su aparición. Por ejemplo, se expuso como ya se han observado efectos parecidos asociados a la exposición a algunas nanopartículas que deberían ponernos en aviso y tomar medidas sin esperar ver sus efectos a largo plazo. Otras conclusiones apuntaron a la necesidad de establecer protocolos para facilitar la gestión del retorno al trabajo después de padecer una enfermedad mental, un cáncer laboral, o cualquiera de las enfermedades causadas por los riesgos emergentes citados, poniendo de relieve que es necesaria la vigilancia de la salud de las personas trabajadoras para identificar los problemas y llevar a cabo una prevención de los mismos más eficiente.
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