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Anisimova, de 21 años, anuncia un parón en el circuito profesional por problemas de salud mental: “se ha vuelto insoportable estar en torneos de tenis”.
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Es el enésimo caso en el circuito WTA (otros sonoros han sido Naomi Osaka o, en nuestro país, Garbiñe Muguruza, por citar algunos de los más conocidos)
El sábado pasado (7 de mayo de 2023) tuvo lugar la final femenina del Mutua Madrid Open, ganada por Sabalenka, frente a la, hasta entonces, número 1 del mundo, Swiatek. Poco días antes tuvimos conocimiento, según una información de la WTA (Women`s Tennis Association -Asociación de Tenis Femenino-), de que la tenista profesional, Amanda Anisimova, de 21 años, 46º en el ranking, una de las grandes promesas de tenis estadounidense desde hace años (ej. llegó a estar en el puesto 21º, campeona junio del US Open en 2017, ganó su primer título en Bogotá con 17 años, el mismo año que alcanzó las semifinales de Roland-Garros; en 2022 ganó el Melbourne Summer Set y llegó a los cuartos de final en Wimbledon), había anunciado en sus redes sociales que deja, sin fijar fecha de regreso (parón indefinido –“indefinite break”-) el circuito por problemas de salud mental. En su comunicado hacía referencia al agotamiento derivado de la presión competitiva y comunicacional que exige el circuito profesional
Sus palabras -publicadas en su red social, Instagram no dejan lugar a duda respecto del problema de salud mental, sin perjuicio de que, al mismo tiempo, da cuenta de otros factores psicosociales de carácter estrictamente personal y familiar, como la dureza de los golpes que conllevó la pérdida de su padre y de su entrenador, este último fallecido de un ataque al corazón a la temprana edad de 52 años-:
"Hey guys. I thought I’d make a post explaining what’s been going on and my plans. I’ve really been struggling with my mental health and burnout since the summer of 2022. It’s become unbearable being at tennis tournaments. At this point my priority is my mental well-being and taking a break for some time. I’ve worked as hard as I could to push through it. I will miss being out there, and I appreciate all the continuous support
(traducción: "Hola chicos. Pensé en hacer una publicación explicando lo que ha estado pasando y mis planes. Realmente he estado luchando con mi salud mental y agotamiento desde el verano de 2022. Se ha vuelto insoportable estar en torneos de tenis. En este punto mi prioridad es mi bienestar mental y tomar un descanso por un tiempo. He trabajado tan duro como he podido para superarlo. Voy a extrañar estar ahí fuera, y agradezco todo el apoyo continuo").
Tras utilizar el tenis profesional como un modo de superar los reveses personales referidos, por la satisfacción que le reportaban los torneos, consciente de que, tanto a su padre como entrenador, fallecidos, también esa dedicación profesional les habría hecho felices, la tenista norteamericana encadenó una racha negativa de resultados. Desde agosto pasado no gana dos partidos seguidos, sumando cinco victorias y 11 derrotas en los últimos 16 partidos. Los últimos cuatro los ha perdido cayendo en la primera ronda (Indian Wells, Miami y Madrid). Un factor ambiental influyente en esta situación de agotamiento y depresión ha sido los continuos insultos recibidos por la tenista, a través de las redes sociales, por su aspecto físico:
«La cantidad de gente que habla sobre mi cuerpo cada día en las redes sociales… Nunca entenderán lo que es la hiperfijación»
No es, lamentablemente, el primer caso, ni será, nos tememos, el último. Antes que ella, Ashleigh Barty, ex número 1 del tenis mundial, terminó su carrera antes de tiempo por su agotamiento psicológico («Estoy agotada, ya no tengo nada que ofrecer al tenis», dijo la tenista australiana en 2022). Antes que ella, oel tra ex número 1 de la WTA (campeona de cuatro Grand Slam, Naomi Osaka, tomó la misma decisión de abandono del circuito profesional con 25 años. Otras célebres tenistas españolas han pasado por circunstancias análogas, como Paula Badosa o Garbiñe Muguruza. Tampoco es el tenis el único deporte profesional que tiene efectos negativos en el bienestar y la salud psicosocial de quienes lo practican en la élite.
En suma, la necesidad de promover una mejor gestión de los riesgos psicosociales en el entorno profesional deportivo no conoce, pues, fronteras, ni por el tipo de deporte ni por el tipo de relación profesional, asalariada o autónoma. Así se contempla en la nueva Estrategia de Seguridad y Salud en el Trabajo de España 2023-2027, en relación con la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud (SNS) 2022-2026 (pdf).
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