[LARPSICO] España, preparando su presidencia europea, pide Dictamen al Comité Económico y Social Europeo sobre salud mental y precariedad laboral

Andalucía, 03/04/2023

Presentado, con retraso, el Estudio de la Comisión de personas expertas sobre Precariedad Laboral y salud mental de la población. El Gobierno de España, a través de su ministra de Trabajo (y Economía Social), y vicepresidenta segunda, acaba de presentar el Estudio: “La precariedad laboral en la salud mental en España (pdf)”, 2023. En la nota de prensa que ha acompañado esta difusión mediática se ofrece una imagen muy rotunda de su contenido, estableciendo una estrecha relación de los problemas de salud mental en la población no solo con la precariedad, en sí misma, sino con la desigualdad socioeconómica, más en general. Así:

“…este informe dice alto y claro…que la salud mental tiene que ver con la desigualdad y nos recuerda que el impacto sobre la salud mental es más del doble entre las personas trabajadoras más precarias y que la peor situación se observa en mujeres, inmigrantes y jóvenes. Sabemos, asimismo, que la prevalencia de enfermedades mentales es dos veces más alta en las sociedades desiguales comparadas con sus homólogas más igualitarias”

Escudo EspañaAunque el texto del Informe es amplio, no está completo. Se nos informa que se trata solo de resumen, extenso, eso sí, del futuro libro a publicar en un futuro próximo. Con esa publicación se dispondrá de una visión completa, tanto de la metodología, como de los contenidos, exponiendo de forma pormenorizada todas las aportaciones de quienes han participado en su elaboración, en una labor ardua, dilatada y no exenta de tensiones.

En la pretensión de la institución gubernamental que lo reclamó no está solo tener un diagnóstico, más o menos bien fundado, sino un instrumento útil de acción. Así, una vez más, en la nota de prensa, se dice que

“tanto el informe como sus conclusiones servirán de base para diseñar una hoja de ruta que permita elaborar futuras políticas laborales, tal y como ya recomiendan la investigación académica y los informes de organismos internacionales como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS)”

No pretendemos aquí analizar con detalle el Informe, labor que se realizará en otras secciones de la actividad del LARPSICO. Ahora bastará con dejar constancia de su estructura.

Consta seis partes. A saber:

  1. La primera, justifica la necesidad de su realización
  2. la segunda, se destina a comprender y analizar la precariedad laboral, un problema multidisciplinar y muy complejo, como se reconoce en el Informe.
  3. la tercera, establece las interacciones o conexiones con la salud mental
  4. La cuarta parte tiene una dimensión eminentemente jurídica, tanto desde la perspectiva laboral como de la prevención de riesgos laborales
  5. La quinta se centra en las políticas a diseñar e implementar para tratar de forma sistemática e integrada ambas cuestiones sociales
  6. la sexta, que precede a las conclusiones y recomendaciones, inventaría o cataloga las necesidades y las propuestas formuladas. Esta parte tiene una especial utilidad, porque recoge una extensa síntesis (pp. 65-86) del Informe.

Otros estudios revelan que la precariedad también incide en problemas psicosociales de las personas trabajadoras, en especial jóvenes, como la soledad. En este escenario, otros estudios, como el de 40dB. para EL PAÍS muestra que las personas de menos de 25 años tienen un sentimiento de soledad mayor incluso que, como hasta ahora se creía, de las personas mayores de 65. Y entre las causas que aducen para ello estaría la falta de recursos económicos y de expectativas profesionales adecuadas (factor ocupacional), junto al exceso de atención a redes sociales y foros de internet (factor social asociado a la innovación tecnológica). El estudio revela que ese sentimiento de soledad, al igual que otras muchas cuestiones relacionadas con la salud, tiene mucho que ver con la situación económica y socio-profesional, emergiendo de nuevo el problema de la precariedad laboral y su conexión con la salud mental (bienestar psicosocial).

Así, se estima que:

  • el 33% de las personas paradas se sienten solas, casi 11 puntos más que los que trabajan y 18,5 puntos porcentuales por encima de las personas pensionistas.
  • El 27,4% de los estudiantes se sienten solos y entre los que trabajan influyen las condiciones laborales
  • la soledad no deseada afecta al 38,3% que lo hace en horas poco comunes, lo que, unido a la falta de recursos económicos, les dificulta organizar planes de ocio
  • Sin embargo, el género apenas parece influir en esta percepción: las mujeres se sienten algo más solas (23%) que los hombres (20,7%)

Por lugares, las clases y el trabajo son los espacios donde con más frecuencia los encuestados dicen haberse sentido solos, por encima del hogar, la calle, los comercios o los espacios de ocio como cines, bares o restaurantes. En suma, comprobamos que no se trata solo de problemas individuales, sino de salud pública, pero también tiene que ver de forma notable con la salud socioeconómica y, en consecuencia, laboral.

El problema de interacción entre la precariedad y la salud mental gana presencia en la agenda política: El Gobierno de España pretende situarlo en su presidencia de la UE para el segundo semestre del año y pide opinión al CESE. Que la cuestión se toma en serio institucionalmente se refleja en diversas iniciativas por parte de la agenda política y actuaciones de las AAPP en todos sus niveles. Aquí destacamos, por su novedad e interés, la petición que ha hecho el Gobierno de España, para preparar la presidencia europea en el segundo semestre del año, al Comité Económico y Social Europeo (CESE), de elaborar un Dictamen exploratorio sobre “precariedad laboral y salud mental”. En él, el Gobierno de España, a través de la vicepresidencia segunda, se pide al CESE (Órgano consultivo que representa a las organizaciones de personas empleadas y empleadoras, y otros grupos de la sociedad civil -economía social-) que fije su posición en torno a tres cuestiones. A saber

  1. Cuando se relacionan ambos factores ¿estamos hablando de bienestar en el lugar de trabajo o de riesgos para la salud de las personas trabajadoras?
  2. ¿Cómo deberían evaluarse tales riesgos y qué medidas preventivas incluir?
  3. ¿Puede esta orientación facilitar el establecimiento de una distinción entre ámbito legítimo de la organización y dirección y practicas arbitrarias, que deben evitarse, y que deterioran la salud de las personas trabajadoras?

Como vemos, la cuestión ha entrado de lleno en la agenda política, también europea. Veremos qué recorrido tiene.

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