[LARPSICO] El estrés avanza ya como factor prevalente de la mitad de las muertes en el trabajo, según recientes estudios

Andalucía, 30/03/2023
  • El estrés laboral induce cambios fisiopatológicos que permitirían explicar en términos de causalidad relevante el vínculo entre ansiedad, depresión y enfermedad cardio y cerebrovascular.
  • Estudios específicos para Galicia o Cataluña estiman que el estrés laboral está detrás de más del 50 por ciento de las muertes laborales.

No es ninguna novedad, ni científica ni médica, asociar los factores de riesgo psicosocial en general, y el estrés, crónico o agudo, con enfermedades cardio vasculares muy graves, como los infartos, así como de las cerebrovasculares, como los ictus. Desde hace varios años se vienen acumulando estudios de evidencia científica sobre esta grave asociación. Informes aportados por el Ministerio de Trabajo hace 4 años, estimaban que en torno al 40 por ciento de las muertes producidas en horario laboral se vincularon bien a ictus bien a infartos: 177 de los 441 accidentes mortales en jornada de trabo sufridos por personas trabajadoras, entre enero y noviembre de 2019, se habrían debido a infartos y derrames cerebrales.

Pocos años después, en el segundo de la pandemia (2021), se constató un aumento muy notable de los ictus e infartos. Varios medios de comunicación se hicieron eco de la noticia, desagregándose por Comunidades Autónomas. Así, llamativo fue el incremento de estos y otras patologías no traumáticas en Galicia, donde provocaron la mitad de los fallecimientos, 25, un 78,6% más que en 2020 (14) y un 66,6% por encima de los contabilizados en 2019 (15). Las 25 personas que fallecieron por tales causas lo fueron durante la jornada de trabajo. Como es sabido, en tales casos, existe una presunción a favor de su carácter laboral o profesional (art. 156.3 LRJS), aunque no todos sean calificados como tales.

trabajador con ordenador y reloj

Ese mismo año, ganó gran notoriedad un informe-Estudio conjunto de la OIT y la ONU, en el que se constataba que trabajar más de 55 horas semanales durante un tiempo prolongado aumenta hasta un 35 % el riesgo de fallecer por enfermedades cardiovasculares, en comparación con quienes tienen un horario laboral estándar (35-40 horas semanales), para los que se reduce a menos de la mitad (17 %) el riesgo de morir de infarto. Estas enfermedades estarían en la causa principal de la muerte anual de casi 750.000 personas trabajadoras en todo el mundo.

El resultado sería un incremento de más de 42 por ciento de las enfermedades cardíacas y un 20 de los infartos respecto del inicio de este siglo.

El problema, pues, lejos de reducirse o estancarse va en aumento. El análisis (pdf) de las estadísticas de accidentes de trabajo y de las (subestimadas) enfermedades de tipo profesional muestran cambios significativos respecto del pasado, evidenciando el aumento de la siniestralidad vinculada a estas patologías “no traumáticas”. Hemos estado habituados a identificar la mayoría de las muertes relacionadas con el trabajo por causas físicas (caídas en altura, atrapamientos, accidentes de trabajo in itinere, etc.). Sin embargo, esa tendencia se va cambiando, de modo que más de la mitad de las muertes en lo que va de año han sido por causas no traumáticas, como infartos o derrames cerebrales. La semana pasada conocimos, en el medio de mayor difusión en España, estudios que estiman que los infartos, ictus y otras patologías no traumáticas causan ya más del 55% de las muertes durante las jornadas de trabajo.

En gran medida, si bien la prueba de la relación de causalidad es compleja, se relacionan con el estrés y la ansiedad por el trabajo. Asimismo, una parte significativa de estas muertes, aunque ocurren fuera del horario laboral, normalmente en el domicilio o bien realizando otras actividades, también hallan conexión con el trabajo.

La potente irrupción del teletrabajo, tras la pandemia, aunque ahora parece perder fuelle, al menos en el ámbito nacional, no el teletrabajo internacional (nomadismo laboral internacional) no está corrigiendo la tendencia. El teletrabajo bien implantado se tiene como un factor de mejora de la ansiada conciliación de la vida profesional y familiar. Pero la dificultad para desconectar en el trabajo telemático también contribuye a la ansiedad y, por ende, a este tipo de fallecimientos.

La persona trabajadora no registro inicio de jornada en su ordenador la mañana del infarto.mano sobre teclado de ordenador

Por supuesto, como se decía, no todos se califican como profesionales. Por ejemplo, la STSJ Madrid de 3 de febrero de 2023 considera que no se ha acreditado que el infarto sufrido por un trabajador, que prestaba servicios a domicilio y con un acuerdo de jornada flexible, se causara en tiempo de trabajo. Puesto que se produjo 20 minutos antes de iniciar su jornada de trabajo, el Tribunal excluye la calificación como accidente de trabajo. Así, constata que:

el infarto fue precedido de síntomas de la suficiente relevancia como para impedirle iniciarla jornada con anterioridad. Ni, por supuesto, que ya sentado en la mesa de trabajo tuviera que abandonarla para dirigirse al baño e intentar recuperarse de lo que podía creer que fuera un decaimiento transitorio

Una vez más la lección emerge claramente: la mejora de la prevención de riesgos psicosociales tendría un gran efecto beneficioso en la reducción de estas enfermedades, que causan gran dolor humano y un elevado coste económico. Una mejora preventiva que ha de darse también en los entornos digitalizados, de ahí nuestra insistencia en el avance de los protocolos de desconexión digital, que garanticen una real separación entre tiempos de vida profesional y los tiempos de vida personal y familiar.

Información de autoría
Correo electrónico
Teléfono
955 049 078
Información adicional

Horario de atención telefónica: de 09:00 a 14:30 horas

Compartir en

Índice