[LARPSICO] La indefinición del desempeño de rol, un prevalente factor de riesgo psicosocial que gana protagonismo en los tribunales

Andalucía, 26/01/2023
  • Una reciente sentencia incide en la necesidad de definición del desempeño de rol como factor de riesgo psicosocial
  • La acción inspectora (ITSS) se confirma como determinante en la gestión eficaz por las empresas de los factores de riesgo psicosociales

La importancia de la buena organización de la actividad en las empresas para la salud psicosocial de las personas trabajadoras y la productividad de las empresas. La definición de "desempeño de rol", como nos mostrara desde hace tiempo la NTP 926 del INSHT (pdf), es uno de los factores de riesgo psicosocial más significativos, confirmándose en la práctica como uno de los más prevalentes. Se recordará que por tal se entiende el factor que considera los problemas que pueden derivarse del modo en que se delimitan (definen o perfilan) las tareas de cada puesto de trabajo. Se trata de un factor complejo, porque consta de tres aspectos: claridad de rol, conflicto de rol y sobrecarga de rol. La siguiente imagen, extraída de la NTP 388 del INSTH sobre ambigüedad y conflicto de rol (pdf), lo ilustra bien:

NPT 388

La práctica cotidiana ilustra frecuentes situaciones problemáticas asociadas a una inadecuada delimitación o definición de este factor psicosocial (bien definido es un factor de protección, confusamente delimitado es un factor de riesgo). La doctrina fijada por una reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña así lo confirma´

Concretamente, nos referimos a la STSJ Cataluña DE 15 de diciembre de 2022 (SSTJ CAT 11618/2022), citada en el marco de una situación de baja por un “síndrome de ansiedad reactivo a problemática laboral” que termina con una extinción del contrato por menoscabo de la dignidad de la persona trabajadora, conforme al art. 50 del TRLET. Aunque en este conflicto se identifica una situación de acoso, no es esta conducta en sí la que en este momento reclama nuestra atención, sino la importancia que tiene en el caso la indefinición del concepto de rol como factor de riesgo psicosocial, por cuanto es un buen banco de pruebas para conocer más de la mejora de la gestión de los factores de riesgo psicosocial en las empresas para evitar problemas tan graves, de salud, pero también de rendimiento, en las empresas.

El origen del conflicto trae causa, como es frecuente, de un cambio de puesto de trabajo, en este caso con una dimensión de género. El problema se enraíza (diríamos, en términos técnicos, tiene su incidente crítico) en la petición de la trabajadora de una reducción de jornada para el cuidado de un menor, cuestión que igualmente se resolvió en sede judicial. El cambio de funciones, justificado en una reestructuración organizativa supuso, además de una drástica reducción del número de personas coordinadas (lo que genera otro factor de riesgo psicosocial: la sobrecarga de trabajo para quienes siguen), ocupar un puesto inexistente hasta ese momento. De ahí la indefinición de tareas puesto que, en los días posteriores al cambio de puesto, no se le asignó trabajo, se le despojó del despacho y se le retiró el acceso al sistema informático de la empresa.

Cierto, vemos cómo los factores de riesgo psicosocial no suelen aparecer de una forma aislada. En este caso, como en otros, al problema del desempeño de rol (factor matriz o incidente crítico) se suma a comportamientos de la empresa que constituyen típicos incumplimientos graves laborales y preventivos. Infracciones, además, reiteradas en el tiempo. Precisamente, en fechas igualmente cercanas, hemos conocido que otra empresa ha sido condenada por acoso moral a una trabajadora [teleoperadora] que había ejercido un derecho de conciliación de la vida laboral y familiar (concretamente la reducción de jornada prevista en el art. 37.6 ET para la guarda legal). La empresa, que omitió su obligación de activar el protocolo de gestión frente al acoso, ha sido condenada a pagar 15.000€ en concepto de daños morales (STSJ Madrid 1041/2022, de 23 de noviembre)

El papel esencial de la ITSS más allá de la sanción: la función promotora de mejoras en la gestión psicosocial de las empresas. Consecuentemente, no sorprende que en este caso interviniese la ITSS. En su detallado y riguroso informe se puso de relieve que la depresión que arrastraba la trabajadora tenía un origen claro tanto en omisiones (indefinición de rol) como acciones de los responsables de la empresa (cambios de las tareas e inconsistencia de las asignadas). De este modo, como en otros supuestos, tuvo una especial relevancia el "desempeño del rol", que viene a ser el factor que genera los problemas que se derivan de la definición de los cometidos de cada puesto de trabajo, que debía estar prevista y contemplada en el plan de evaluación de riesgos psicosociales, y que la empresa no lo previó, a pesar de los varios requerimientos que se le hicieron por parte de la ITSS.

Una vez más, pues, queda en evidencia que es mucho mejor prevenir que “reparar” los daños causados y “pagar el castigo” por la falta de una gestión preventiva psicosocial eficaz

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