Conforme a una consolidada evidencia científica, el problema de las adicciones y las cuestiones de salud mental están muy relacionados. De esta “patología dual” no escapa tampoco la población trabajadora. A las llamadas “adicciones con sustancias” (conllevan la dependencia a sustancia: alcohol, tabaco, cannabis, cocaína u otras drogas) hay que sumar hoy, como reconoce la Estrategia Nacional sobre Adicciones 217-2024, las denominadas “adicciones comportamentales o sin sustancia” (se corresponden con conductas abusivas y/o descontroladas asociadas a actividades cotidianas, impidiendo una vida satisfactoria: ludopatías, internet, compra compulsiva, sexo, trabajo excesivo). Entre las adicciones comportamentales, la adicción al juego (ludopatía) y a internet son las que cursan con mayor frecuencia.
Además, como reconoce la Estrategia de salud mental del sistema nacional de salud 2022-2026, un porcentaje significativo de personas que sufren problemas típicos de adicciones presentan ideas suicidas. La Confederación de salud mental de España le pone incluso cifra: el 40% de las personas con patología dual presenta ideas suicidas. De ahí que el Plan de Acción de Salud Mental 2022-20244 dedique especial atención a estas interacciones entre problemas de salud mental y tendencias suicidas, a fin de prevenir este grave problema de salud pública.
Los entornos o ambientes de trabajo ni son ni permanecen en modo alguno ajenos a estas cuestiones. Desde hace años la OIT (1996, 2012), a través de su programa SOLVE, que muestra las grandes ventajas, sociales y económicas, de integrar la gestión preventiva de las adicciones en las políticas de promoción de la salud en el trabajo y, a su vez, estas en las políticas de seguridad y salud en el trabajo, y también el Plan Nacional sobre Drogas, en virtud de la Encuesta sobre consumo de sustancias psicoactivas en el ámbito laboral en España (ECML), integrada en la Encuesta “EDADES”, se asume que los entornos de trabajo tienen un papel relevante en la gestión de las adicciones en la población laboral. Y ello en un doble sentido:
- Como factor de protección frente a las adicciones: característica, circunstancia, condición, situación, conducta o elemento del trabajo y su entorno que disminuye la probabilidad de que se produzca el consumo problemático o abuso de sustancias o conductas excesivas con riesgo de generar adicciones
- Como factor de riesgo de adicciones: circunstancia, condición, situación, conducta o elemento relacionado con el trabajo que aumenta la probabilidad de que se produzca el consumo problemático o abuso de sustancias o conductas excesivas con riesgo de generar adicciones comportamentales.
Como concluye la ECML 2019-2020 (p. 72):
“…hay un mayor consumo de drogas entre las personas que afirman experimentar determinados riesgos en el entorno laboral, respecto a aquellas que no están expuestas. Así, por ejemplo, se aprecia una prevalencia más alta de consumo de alcohol (a diario y de riesgo), de tabaco a diario o consumo de cannabis en el último mes en aquellas que declaran tener situaciones de riesgo de seguridad, o un mayor consumo de hipnosedantes en personas que afirman presentar riesgos en relación con las condiciones de empleo”
Para que las empresas en general, y andaluzas en particular, dispongan de las herramientas prácticas que faciliten que el trabajo actúe de factor de protección frente a las adicciones, evitando, al tiempo, que derive en factor de riesgo, haciendo de aquéllas un entorno saludable, el LARPSICO ha publicado un Manual, para conocer con certeza estas cuestiones y una Guía de buenas prácticas, para facilitar su gestión.
Acceso a la publicación 'Gestión preventiva de las adicciones: un paso más hacia la empresa saludable'.
Horario de atención telefónica: de 09:00 a 14:30 horas
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