Las bóvedas de San Pedro de Alcántara (Marbella, Málaga)

Fecha de publicación
Editor
Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico
Duración
00:03:56
Descripción

Este audiovisual nos permite adentrarnos en el conocimiento de la higiene y el cuidado del cuerpo en época romana, a partir del contexto que proporcionan las termas romanas de las Bóvedas, situadas en San Pedro de Alcántara (Marbella).

Los edificios de las termas se configuraban para permitir el ritual del baño, que se iniciaba en el apodyderium, donde se guardaba la vestimenta, desde donde se pasaba sucesivamente al frigidarium (baño frío), con su tanque de agua fría, al tepidarium (baño templado) y al caldarium (baño caliente). Después de tomar esta serie de baños se volvía al tepidarium para un masaje con aceites y perfumes. Este esquema básico se completaba en algunos casos con otras habitaciones para descansar y relajarse con baños de vapor (laconicum), con un patio central al que se abrían todas las demás estancias en el que se podía practicar ejercicio físico (palestra), letrinas, etc.

Para posibilitar este ritual, los edificios se dotaron de toda una infraestructura, con la presencia de acueductos o cisternas para proporcionar el agua, la existencia de hornos para permitir la calefacción de las salas que lo requerían, y una serie de sistemas constructivos que permitían los distintos usos, el drenaje y eliminación de las aguas, etc.

Las termas en el mundo romano eran algo más que una cuestión de higiene. Eran un lugar de encuentro social, donde relacionarse con los amigos y conocidos, hacer negocios, practicar el ejercicio o, incluso en las más grandes, leer en la biblioteca. Por este motivo, estaban también profusamente decoradas con mármoles, mosaicos, pinturas murales, esculturas, etc.

La singularidad de las termas de las Bóvedas se debe a la propia configuración del edifico, que se articula a partir de una estancia central de planta octogonal que presenta un alveus (piscina sobre gradas), también central y octogonal, y cubierta de bóveda de tendencia plana con apertura central (oculus). Se identifica como frigidarium o sala fría. Sería la sala más ornamentada, donde se iniciaba y finalizaba el recorrido. A su alrededor se adosan las distintas salas, de las que solo se conservan seis, también de planta octogonal y cubierta de cúpula semiesférica. En función de su posición y detalles constructivos se han identificado dos caldaria, otro frigidarium y un tepidarium.

El edificio cuenta con una planta superior, espacio cubierto por una pseudo bóveda anular que se relaciona con la recogida de aguas y su distribución a través de tuberías cerámicas embutidas en los muros. Bajo la estancia central hay una galería subterránea de bóveda anular que la circunda y que recogía el agua procedente de las distintas estancias y la llevaba hasta una cisterna ubicada bajo una de las estancias. Desde la cisterna el agua se vertía al mar a través de los aliviaderos que se aprecian en el sureste de la parcela. Por la zona norte del edificio se anexan dos praefurnia que permitían la calefacción de las salas calientes, aunque se desconoce la ubicación del horno.