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Resumen de la publicación
Si para Manuel Francisco Reina, Pilar Paz Pasamar era una "poeta de tradición andalusí", justo es decir que congenia esa memoria remota en otra lengua, con la cumplida herencia de las tradiciones que llevan desde Fernando de Herrera a la generación del 27. Persiste, por lo demás, una actitud ante la vida que hermana su biografía con su bibliografía, en una tradición claramente romántica que ella combinó con el existencialismo propio de sus primeros pasos literarios. Su poesía completa fue recopilada por Ana Sofía Pérez-Bustamante, que ahora ejerce como comisaria de la exposición que rinde tributo a Pilar Paz Pasamar como Autora del Año 2015. Ahora, Pérez-Bustamante se ha rodeado de una prestigiosa relación de colaboradores para aproximarse de nuevo a la literatura y al mundo personal de la escritora. No es de extrañar que su obra se haya convertido en ejemplo de varias generaciones de escritores gaditanos. Quizá no sólo descubrieron en ella la senda juanramoniana junto con "la memoria, la trascendencia, la preocupación por lo humano, y ese peso inmenso de la divinidad que palpita en lo cotidiano, en las cosas diarias e insignificantes, enviando sus mensajes y códigos cifrados". Quizá hayan descubierto esa niña interior que habita en la dama y que concibe el mundo, en uno de sus últimos versos, como un nido inmenso cuyas crías fieramente humanas buscan con el hambre el alimento de la belleza. Quizá sea esa también la clave última de su poesía.