Rosa Aguilar anuncia la creación del Catálogo de Lugares de Memoria Histórica de Andalucía
Rosa Aguilar y Francisco de la Torre, alcalde de Málaga, descubren la placa identificativa del Cementerio de San Rafael como Lugar de la Memoria.
La consejera de Cultura, Rosa Aguilar, ha anunciado hoy la creación del Catálogo de Lugares de Memoria Histórica de Andalucía, que desde mañana estará disponible para su consulta por parte de la ciudadanía en la página web de la Consejería. Como ha explicado Rosa Aguilar, se trata de una herramienta “para el conocimiento, la consulta y la divulgación de estos espacios que nos servirá para acercarlos a la ciudadanía y contribuir también a su preservación”.
Rosa Aguilar ha realizado este anuncio en Málaga, donde ha presidido el acto de señalización como Lugares de Memoria de la antigua cárcel de mujeres y la fosa del antiguo cementerio de San Rafael. La consejera ha recordado que este acto supone “un reconocimiento a todas las mujeres y hombres que aquí, en Málaga como en tantas otras ciudades y pueblos de Andalucía, fueron víctimas de la dictadura franquista”. Al respecto, Rosa Aguilar ha subrayado que el reconocimiento como Lugar de Memoria por parte del Gobierno andaluz de estos dos espacios “nos permite acercarnos a cada una de las miles de historias de mujeres y hombres con nombres y apellidos” que son, ha dicho, “el pilar de la memoria”.
La consejera de Cultura ha recordado que “son muchos los que han contribuido a que hoy conozcamos más y mejor la historia de tantas y tantas personas a las que les fue arrebatada la vida y la libertad” y ha mostrado su agradecimiento a los familiares, que “son también víctimas de la injusticia y la barbarie”, a los colectivos memorialistas, a los historiadores e investigadores de las Universidades Públicas Andaluzas, “que ponen su talento al servicio de una causa tan justa como necesaria” y a las distintas administraciones públicas, ayuntamientos y diputaciones, “que han prestado su colaboración y han entendido que la reparación a las víctimas es una causa en la que debemos estar unidos”.
Por último, Rosa Aguilar ha subrayado la importancia de la aprobación el pasado 15 de marzo de la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía, que da “un nuevo marco legal a más de 15 años de trabajo en políticas de memoria” y que “renueva el compromiso del Gobierno andaluz con la recuperación de la memoria”. Una Ley, ha destacado, “a la que venimos dando cumplimiento antes de su entrada en vigor porque, qué duda cabe, las víctimas y sus familias no pueden esperar más”.
Fosa del cementerio de San Rafael
Los trabajos de investigación en el Cementerio de San Rafael elevan la cifra a 4.471 de personas registradas como asesinadas. Esta cifra resulta de un estudio documental realizado en los Archivos del Registro Civil de Málaga, Archivo Histórico Provincial de Málaga, Archivo Juzgado Togado Militar núm. 8 de Málaga, Libros de Registro del Cementerio de San Rafael y Archivo Municipal de Málaga. En él se recogen el nombre y apellidos de los fusilados, así como otros datos referentes a los mismos y también a los aportados por los familiares.
La intervención arqueológica que se inició en el antiguo cementerio de San Rafael el 16 de octubre de 2009 tuvo como resultado la recuperación de los restos óseos de 2.840 personas asesinadas entre los años 1937 y 1957, según la documentación que aportan las fuentes documentales, junto con una relación nominal de más de 4.400 víctimas de la represión.
Antigua Cárcel de Mujeres de Málaga
A principios del siglo XX se inauguró una prisión-correccional próxima al río Guadalmedina. Las condiciones del conocido «Caserón de la Goleta» fueron pésimas casi desde los comienzos de su funcionamiento. Declarada la Guerra y, sobre todo, a partir de la ocupación franquista de Málaga el 8 de febrero de 1937, los edificios carcelarios se quedaron pequeños, a pesar de que en los pueblos cabeza de partido se habilitaron no solamente las cárceles ya existentes, sino otros lugares complementarios donde se destinaba alguna planta o alguna habitación a mujeres. Al igual que en otras prisiones españolas, las condiciones de vida fueron muy duras. El aislamiento, las escasas oportunidades de visitas, la desesperanza y la enfermedad caracterizaron la vida de las presas durante largo tiempo, una situación que se agravaba para aquellas que eran trasladadas a prisiones de otras provincias,.
La mayor parte de las malagueñas encarceladas eran jóvenes entre 21 y 40 años, aunque la represión se extendió a todos los grupos de edad. Las que procedían de la provincia, en su inmensa mayoría, y un tercio de las residentes en la capital, firmaban con el dedo. Prácticamente todas aceptaban el defensor que le asignaban y ninguna recurría a profesionales para su defensa en los consejos de guerra y en los juicios sumarísimos, sino a pliegos de firmas de los vecinos o avales.
Entre 1937 y el final de la Guerra Civil, las internas conformaban un número aproximado de 1.000 y la cifra fue aumentando hasta llegar a 3.900 en 1945, con una altísima proporción de presas políticas en el primer período. Más de un 60% eran de la provincia y el resto procedía de la capital o de otras provincias. En los Cuarenta del siglo pasado, en cambio, se caracterizarán por las ingresadas como consecuencia del estraperlo y actividades derivadas de la situación de racionamiento y de miseria generalizada, castigadas con penas menos graves pero más frecuentes.
1941 fue un año especialmente cruel con una cifra de 720 internas. El racionamiento, la escasez de productos alimenticios y sanitarios, la epidemia de tifus o los familiares varones encarcelados, son factores que empujaron a las mujeres al mercado negro así como a la prostitución para sobrevivir. La cárcel de mujeres de Málaga, pues, recibió el mayor número de reclusas desde 1941 a 1944 con motivo de la implicación de éstas en actividades socio-económicas perseguidas por la justicia del franquismo.
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