Cristo Crucificado. Iglesia de Santa María de las Nieves. Villanueva del Ariscal, Sevilla

Información general

Tipología
Escultura
Provincia
Sevilla
Municipio
Villanueva del Ariscal
Autoría
Anónimo
Cronología
Último tercio del siglo XIV
Dimensiones
113 x 93 cm
Material
Madera
Observaciones

La información sobre esta intervención está extraída de los informes de ejecución
 
Colaboradores
Rafael Fernández García (Doctor Arquitecto)
Miguel Ángel Marín Gallardo (Diseñador Gráfico)

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Datos históricos

En la fecha en que se procedió a su restauración, este Cristo crucificado de Villanueva del Ariscal se encontraba en la sacristía de la ermita de San Miguel. Se trata de una interesante talla gótica con rasgos estilísticos comunes a otros crucificados medievales andaluces, entre los que destaca el de Sanlúcar la Mayor, fechado éste a mediados del siglo XIV. Con el esquematismo propio del estilo al que pertenece, muestra una actitud vencida sobre la cruz, con la pierna derecha doblada y la izquierda cruzada por debajo, de forma que por ella se prolonga la pronunciada curva que describe el tronco hacia el lado derecho. Los brazos de la imagen se piensa que pudieron haber sido colocados en el siglo XVIII, coincidiendo con la realización del retablo de la Hermandad de la Veracruz, donde estuvo ubicado. Cabe suponer que los primitivos brazos mantendrían aproximadamente la misma posición que los actuales.

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Estado previo

Debido a un feroz ataque de termitas, la madera con que estaba realizada la talla presentaba un aspecto esponjoso allá donde se hacía visible, principalmente en brazos y pies. Algunas pérdidas de madera quedaban disimuladas al haber sido rellenadas en el pasado con engrudos de madera, estucos y yesos. Otras se hacían muy evidentes, como las de las manos, ambas en muy mal estado. Los brazos se encontraban precariamente sujetos con una tabla clavada por la parte posterior y telas encoladas; la unión del brazo derecho se había reforzado con una lámina metálica que se había recubierto posteriormente con estuco.

Gracias a la realización de catas y análisis de pequeñas muestras se pudieron valorar las distintas intervenciones sufridas por la imagen hasta llegar a nuestros días y, en particular, las distintas capas de policromía superpuestas a la original, de la cual solo se localizaron unos pequeños fragmentos. En el siglo XVIII, además de colocarse los brazos actuales, se aplicaron encarnaciones de tono rosáceo y, a finales de ese mismo siglo se repolicromó la pieza con un tono más terroso. En el XIX se eliminó madera atacada por los xilófagos, se rellenaron los huecos con yeso, fundamentalmente en los hombros, abdomen, rostro y espalda, se cubrió por completo la escultura de capas de preparación con telas encoladas interpuestas y se aplicó una nueva policromía. También en el XIX se ideó el sistema de refuerzo de los brazos y se volvieron a policromar las encarnaciones, esta vez en un tono gris verdoso. Finalmente a fines del XIX o principios del XX se reparó nuevamente la zona de las axilas, se volvió a policromar la imagen entera y se colocó sobre una nueva cruz.

El resultado de todas esas intervenciones era una acumulación de gruesas capas que mermaban la calidad de la talla. En la policromía se habían ido produciendo desprendimientos hasta dejar visible por algunas zonas el tejido empleado entre los estratos de preparación. Así mismo, un cuarteado muy pronunciado afectaba hasta las capas más profundas, que, debido a la actividad de microorganismos, habían perdido consistencia y presentaban un estado pulverulento.

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Descripción de la intervención

Para poder manipular la obra y evitar desprendimientos fue necesaria una fijación de los distintos estratos superpuestos. Una vez realizado el programa de catas, se eliminaron las capas de yesos, telas encoladas y policromías ajenas al original humedeciendo la superficie con agua y alcohol y retirándolas posteriormente con escalpelo y bisturí. Por tanto, únicamente permaneció la policromía considerada como original, reducida a unos pocos restos de la encarnación y del sudario, que se fijaron con coleta.

Se limpiaron los orificios y galerías producidas por el ataque de termitas y se eliminaron los residuos de la madera, así como las capas de yeso y preparación introducidas en diversas intervenciones. La limpieza se realizó mecánicamente y con ayuda de aire a presión en zonas puntuales. Para acceder al núcleo más interno hubo que realizar algunas secciones por la parte externa, aunque el tratamiento de estas zonas fue también facilitado por la extracción de partes con riesgo de desprendimiento por falta de consistencia del material. Pudo así hacerse una limpieza en profundidad de las cavidades y una posterior consolidación y rellenado con resina epoxi.

La aplicación de productos desinsectantes y consolidantes se llevó a cabo en distintas fases hasta obtener la mayor penetración posible. Seguidamente se procedió a la reintegración volumétrica con resina epoxi y madera de cedro. La mayor parte de las pérdidas ofrecían suficiente información para su reconstrucción, no así en la zona del vientre, parte posterior de la cabeza, oreja izquierda y tobillo derecho, donde se adoptaron formas esquematizadas y bien diferenciadas.

Los brazos fueron extraídos y, tras el estudio de otros crucificados, fueron recolocados de forma que la pierna derecha quedara en posición vertical y consiguientemente el tronco aún más caído hacia la derecha. Los dedos fueron repuestos, uno de ellos rehecho en madera de cedro.

Tras la eliminación de restos de cola y yeso y la limpieza de los fragmentos de pintura original, se reintegró la policromía con témpera sobre la superficie reconstruida con resina epoxi, y con pigmentos al barniz sobre la madera, aplicando el color mediante pequeñas pinceladas separadas y punteado. Como protección final se dio una capa de fijativo para carboncillo a la reintegración de pigmentos al barniz y otra de cera microcristalina a toda la escultura.

El Cristo fue sujetado a una nueva cruz, para lo cual fue preciso rebajar la parte del sudario en contacto con ella, y reubicado en el retablo de Ánimas de la iglesia de Santa María de las Nieves.

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Ficha técnica y planimetría

Entidad/es promotora/s
Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura y Medio Ambiente
Dirección y ejecución
Paulino Palma Ramírez
Periodo de ejecución
-
Inversión
7.512,65 euros
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Fotografías

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