Información general
Círculo de Pedro Roldán
La información sobre esta intervención está extraída de los informes de ejecución
Datos históricos
La talla de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas, imagen procesional conocida popularmente en Valverde como “el Señor del Santo”, fue adquirida por la parroquia de la villa en 1791, según un expediente del Archivo Diocesano de Huelva. Su fecha de ejecución debe adelantarse, sin embargo, a fines del siglo XVII, pues su autoría ha sido atribuida a algún discípulo o seguidor del taller de Pedro Roldán, quien la pudo realizar para alguna parroquia, cofradía o convento de Sevilla.
Se tiene noticia de una actuación en profundidad sobre la imagen llevada a cabo por el escultor Sebastián Santos en 1943. En aquel año se repararon diversas fisuras en el rostro, pies y manos, y se consolidaron, estucaron y entonaron con óleo las pérdidas de policromía en los bordes de las grietas. Se sabe que en alguna medida se retocó el tono y cantidad de sangre así como otras partes del rostro y se cubrieron numerosos desgastes de manos y pies con color. También se modificaron el sistema de anclaje de la cruz a la espalda de la figura, que provocaba un balanceo nada recomendable de la cruz en las salidas procesionales, y el sistema de sujeción de la escultura a su peana, que resultaba incómodo a la hora de colocar los ropajes.
Estado previo
Antes de la intervención de 1943 la talla se unía a la base en dos puntos: la mano derecha, que se fijaba a un montículo rocoso por medio de un tornillo, y la rodilla izquierda, afianzada con un perno metálico que atravesaba la peana. Sebastián Santos suprimió la sujeción en la mano y situó otro punto de cogida en la rodilla de la pierna derecha, a la que colocó el sistema metálico que actualmente presenta. El montículo rocoso en que apoyaba la mano fue retallado para evitar fracturas en los dedos. Sin embargo, este cambio en los puntos de apoyo de la imagen resultó poco eficaz para soportar los movimientos producidos durante las procesiones.
En 1991 se repuso el tornillo original de la mano derecha y se alteró una vez más la roca, esta vez para colocarle un sistema de carriles que la hiciera móvil para poder retirarla de la peana. Así mismo se intervino en las uniones de piezas encolando, estucando y entonando con óleo.
Cuando en 1995 comenzó la intervención que ahora se reseña, el deterioro más destacado era la separación de piezas, motivado principalmente por el uso devocional y por la transformación de los puntos de cogida a la base. La talla presentaba pérdidas de estuco y policromía en los bordes de grietas estructurales y en otras zonas afectadas por roces y golpes, de forma particular en la mano derecha, expuesta en determinadas ocasiones al besamanos de sus fieles. Estuco y repintes de intervenciones anteriores se localizaban en su mayor parte en las extremidades, cabeza y sudario. La superficie de la imagen se encontraba además oscurecida por la alteración de las capas de protección de goma laca y la acumulación de suciedad compuesta por polvo y restos de cera.
Descripción de la intervención
Como medida preventiva se protegió la superficie con papel japonés y coleta y se inyectó igualmente coleta en puntos de la policromía con peligro de desprendimiento. La estructura de la imagen fue reforzada, sin necesidad de desensamblar ninguna pieza, mediante la aplicación de cola por inyección.
En el proceso de limpieza de la policromía se retiraron la mayoría de los repintes. Sin embargo, se decidió no retirar los de la mascarilla por el riesgo de alterar la tonalidad que presentaba el rostro. Se estucaron las lagunas y se reintegraron con un punteado de acuarela en la cabeza y extremidades y con veladuras realizadas con pigmentos al barniz en las zonas que quedaban cubiertas por los ropajes. Como protección se aplicaron dos manos de barniz mate.