Cristo de los Favores. Iglesia de San Cecilio. Granada

Información general

Tipología
Escultura
Provincia
Granada
Municipio
Granada
Autoría

Atribuido a Baltasar de Arce

Cronología
Segunda mitad del siglo XVI
Dimensiones
170 x 158 x 37 cm (Cristo); 350 x 226 x 12 cm (Cruz)
Material
Pino
Observaciones

La información sobre esta intervención está extraída de los informes de ejecución

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Datos históricos

Procedente del convento de Santa María Egipciaca, el Cristo de los Favores pasó a la iglesia de San Cecilio en 1948, tras su compra por la Hermandad de Nuestra Señora de la Paz y Santísimo Cristo de los Favores. Allí permaneció hasta 1969, fecha en la que se produjo un incendio en la iglesia y se trasladó al convento de Santa Catalina de Siena. En 1990, una vez reparados los daños causados por el fuego, fue devuelto a la iglesia de San Cecilio, donde actualmente se ubica.

Es una talla de Cristo muerto de tamaño natural y canon algo alargado. Ha sido atribuida a Baltasar de Arce, discípulo de Siloe. Se tiene constancia de varias intervenciones en la imagen: en 1948 Roldán de la Plata “adecentó” las manos y las piernas y, posiblemente, reforzó las uniones de los brazos; en 1970 fue restaurada por Aurelio López Azaustre, tras el incendio sufrido por la iglesia y en 1991 la cruz original fue sustituida por la actual, de similares características.

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Estado previo

La imagen presentaba grietas de consideración en la tapa que cierra la espalda y en los hombros, y fisuras en los dedos de la mano izquierda, despegados en algún momento y vueltos a encolar y colocar de manera inadecuada. En el pelo se advertían pequeños orificios, algunos rellenos con espigas de madera, posiblemente originados unos por una antigua corona de espinas y otros, por los tornillos de sujeción de las potencias cambiados de lugar al adquirir holgura. La madera aparecía también dañada en los pies y las manos, en los que se observaban pequeñas astillas causadas por los clavos, e igualmente en el pelo y algunos pliegues del sudario, donde se habían desprendido diversos fragmentos.

Los distintos elementos metálicos de unión del Cristo a la cruz no cumplían su función: se encontraban mal colocados, las roscas estaban pasadas y los clavos oxidados. Todo ello ocasionaba movimientos preocupantes de la imagen, especialmente en los brazos.

A través de catas y estratigrafías se detectaron en las carnaciones tres policromías diferentes pertenecientes a distintas épocas, aunque la original solo se conserva en algunas zonas de los pies y espalda. Por efecto del calor provocado por el incendio de la iglesia se habían originado numerosas ampollas de mediano tamaño en los brazos y el pecho, y algo más pequeñas en el cuello y el rostro. Toda la superficie de la escultura estaba cubierta de humo y polvo y deteriorada por golpes y roces. Los repintes sobrepasaban las lagunas y ocultaban la policromía, sobre todo en el sudario, repintado con temple y posteriormente retocado con purpurina, y en la cruz, a la que se había aplicado betún de judea. En las carnaciones, las lagunas de mayor tamaño se habían rellenado con cera y repintado con óleo.

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Descripción de la intervención

Tras la fijación de los estratos pictóricos, se separaron los brazos y se colocaron en las uniones tiras de papel japonés encoladas para evitar posibles desprendimientos de la policromía. Una vez extraídos los clavos que los sujetaban, se observó que en fechas anteriores a esta intervención se había ampliado el hueco del ensamble del hombro derecho para introducir en él cuñas y se había reforzado con espigas el ensamble del hombro izquierdo. Según se comprobó, las distintas piezas estaban sueltas y las colas cristalizadas. Éstas fueron eliminadas mecánicamente, en algún caso reblandeciéndolas previamente con cola blanca. Se quitaron todas las piezas añadidas y se procedió a un nuevo ensamblado utilizando espigas y pasta de madera, y en el brazo derecho colocando una nueva cuña.

Sobre los elementos metálicos que sujetan la imagen a la cruz se aplicó un tratamiento antioxidante. La tapa de la espalda se afianzó con tres espigas de haya inclinadas y colocadas en zonas donde faltaba la policromía. En la cabeza se pusieron tres casquillos metálicos fijos para fortalecer la sujeción de las potencias. Los dedos de la mano que estaban mal situados fueron ajustados y ensamblados de nuevo con una espiga.

Se respetaron las tres policromías existentes. Para la eliminación de los distintos repintes del sudario se emplearon en el caso del temple, medios mecánicos, y para la purpurina, una mezcla de thinner y alcohol; en la cruz se utilizó un paño humedecido con una mezcla de alcohol y aguarrás con el fin de sacar el tono verdoso en los salientes y darle algo más de volumen. La cera y repintes con óleo de las carnaciones también se eliminaron. Posteriormente se estucaron las lagunas y se reintegró la policromía con pequeños toques de témpera matizados con veladuras de acuarela, consiguiendo un retoque casi invisible en las pequeñas lagunas y diferenciado mediante un punteado en las mayores. Algunos tonos se ajustaron con pigmentos al barniz. Las zonas donde aparecía la madera debido al roce no se reintegraron, por considerarse que no desentonaban dentro del conjunto. Por último se aplicaron tres capas de barniz como protección.

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Ficha técnica y planimetría

Entidad/es promotora/s
Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura
Adjudicatario/s
Juan Luis Coto Cobo
Dirección y ejecución
Juan Luis Coto Cobo
Periodo de ejecución
-
Inversión
12.124,76 euros
Financia
Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura
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