Retablo de la Virgen de la Antigua. Iglesia de Santa María la Mayor la Coronada. Medina Sidonia, Cádiz

Información general

Tipología
Retablo
Provincia
Cádiz
Municipio
Medina Sidonia
Autoría

Anónimo

Situación Legal
La iglesia está declarada Bien de Interés Cultural por disposición de 3 de junio de 1931 (BOE del 4 de junio de 1931)
Cronología
Segunda mitad del siglo XVIII
Dimensiones
8,18 x 5,40 m
Material
Pino de Flandes
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Datos históricos

El retablo de la Virgen de la Antigua, situado en la nave de la epístola de la iglesia de Santa María la Mayor la Coronada, se fecha en torno a 1770. Es de estilo rococó y presenta la particularidad de albergar obras de muy diversos materiales, estilos y cronologías como partes integrantes de su estructura y decoración. De ahí la falta de unidad de su programa iconográfico.


Sobre la mesa de altar se ubica un óleo sobre cobre de la Santa Faz. A ambos lados, dos tondos pintados sobre piedra de ágata, mediante una técnica típicamente napolitana, en los que figuran la Virgen con el Niño, y San José con el Niño respectivamente. A cada lado del banco se disponen otras dos ágatas con San Francisco de Asís y San Francisco de Paula y, por encima del sagrario, tres hornacinas con esculturas del XVIII. La central contiene un Niño Jesús Pasionario de madera con brazos articulados y postizos. La de la izquierda, el Arcángel San Rafael, de barro cocido y policromado al óleo. Y la de la derecha, una figura en cera de San Pedro de Alcántara.


El cuerpo central del retablo lo ocupa un lienzo de gran tamaño de la Virgen de la Antigua, obra realizada probablemente en el XVIII siguiendo un modelo del XVI. Sobre este lienzo, otro óleo sobre ágata con las Tentaciones de San Antón.


Las calles laterales están ocupadas por tres pares de pinturas. En la parte inferior, la Adoración de los pastores, atribuida al círculo de Zurbarán, y la Adoración de los Magos, que se ha relacionado con otra que se encuentra en la catedral nueva de Cádiz, atribuida a Pablo Legot. Sobre estas dos pinturas se encuentran otras dos con sendos apóstoles, obras de mediados del XVII que se encuadran en la producción de los seguidores de José de Ribera. En la parte superior, dos óleos sobre tabla en madera de castaño, del siglo XV y de procedencia francesa en que aparecen representados los Papas San León Magno y San Gregorio acompañados por sendos donantes, que antes de la restauración estaban ocultos por repintes. Rematan las calles laterales dos escudos con los motivos heráldicos del ducado de Medina Sidonia, la orden de la Banda, el condado de Niebla y los Portocarrero.

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Estado previo

En gran medida, el mal estado de conservación del retablo, con una estructura inestable, vencido hacia adelante, con numerosos desprendimientos, pulverulencias y desgastes, se debía a las condiciones de humedad del muro trasero, al otro lado del cual se encuentra la cota del terreno a ocho metros por encima del suelo de la iglesia. A las humedades de capilaridad del muro se unían filtraciones de aguas pluviales a través de una grieta de considerables proporciones que arrancaba del centro de la bóveda y bajaba en vertical hasta dos tercios la altura del paño.


La madera del retablo se encontraba muy afectada por los xilófagos. Por esta causa algunos puntales habían perdido totalmente su función de apoyo al muro. Los problemas de estabilidad se habían paliado hacía unas décadas con elementos de hierro, pero ahora éstos se encontraban muy oxidados.


El factor ambiental había incidido en el desensamblaje y desencolado de las uniones y en el agrietamiento de las tablas, patologías potenciadas por sistemas de refuerzo poco adecuados, mediante travesaños clavados, y por el uso de ensambles muy frágiles, a base de diminutas espigas de madera en el mejor de los casos.


Externamente el retablo presentaba un acusado estado de abandono. En la zona posterior se habían acumulado escombros y se observaba suciedad por toda la superficie, además de pérdidas y desgastes generalizados en la policromía y dorado, especialmente en la zona del banco y sotabanco. No existía un estrato generalizado de barniz, aunque sí aplicaciones puntuales de goma laca muy oscurecida.


A todo lo anterior hay que añadir el estado de conservación de las distintas obras integrantes del retablo. La pintura sobre cobre de la Santa Faz y las pinturas sobre ágata estaban en buen estado, aunque tres de estas últimas se encontraban fragmentadas. El Niño Jesús Pasionario, imagen de vestir, presentaba daños producidos por su frecuente manipulación. Aún peor estaban el San Rafael de barro cocido, con múltiples roturas y burdas reparaciones con cera y yeso, y la escultura de San Pedro de Alcántara, bastante deteriorada por la debilidad de sus materiales constitutivos, cera, madera de chopo y tela encolada.


En las pinturas sobre lienzo, muy afectadas por la humedad, se localizaban por el reverso manchas blanquecinas producidas por el ataque de hongos, principalmente en la Virgen de la Antigua, la Adoración de los Pastores y la Epifanía, entelados con gacha. En el caso del cuadro de la Virgen de la Antigua el nuevo tejido reforzaba cinco piezas de lienzo, de las que tres habían sido añadidas con la intención de ampliar o modificar la composición original. A su vez, parte de la composición estaba realizada sobre el tejido de entelado previamente estucado.


Por último, las dos tablas del XV, compuesta cada una por tres piezas de madera encoladas a unión viva, con travesaños clavados no originales, se habían desensamblado y sus composiciones pictóricas se hallaban muy alteradas por los repintes.

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Descripción de la intervención

La intervención en el retablo propiamente dicho fue precedida por su desmontaje, con todas las medidas que ello conlleva, y el tratamiento del muro trasero, al que hubo que coser la grieta con grapas de acero inoxidable. Las piezas de la arquitectura del retablo recibieron los tratamientos habituales de limpieza, desinsectación, consolidación y protección. Para la reintegración cromática se utilizaron témperas mates aplicadas como tintas planas en los fondos y mediante rayado, según la zona, en las imitaciones de dorados. La restauración de las diversas obras que componen el retablo, con sus diferentes problemáticas, también incluyó labores de reintegración y protección.


Todas las pinturas sobre lienzo fueron reenteladas tras eliminar las telas o, en algún caso, los parches de papel adheridos antiguos. Se tuvo especial cuidado en proteger y conservar los fragmentos de la composición pintados sobre la tela de entelado de la Virgen de la Antigua. Éstos se recortaron y se adhirieron al resto de las piezas cosidas del soporte. Los lienzos recibieron un tratamiento fungicida y de resane y consolidación de rotos y desgarros; finalmente fueron reentelados y montados sobre bastidores nuevos. Las labores de restauración terminaron con la reintegración cromática, ejecutada con técnica acuosa y pigmentos al barniz usando un punteado diferenciable a corta distancia, criterio que se siguió en todo el conjunto de pinturas y esculturas.


En las tablas se llevó a cabo una limpieza mecánica exhaustiva de los reversos, eliminando las imprimaciones, capas de pintura y estucos, que se consideraban no originales. Durante la limpieza del reverso de la tabla de San Gregorio Magno se descubrió una inscripción incisa en la madera en caracteres ilegibles, presumiblemente no latinos. También se eliminaron los clavos de hierro y los travesaños no originales y se reforzaron las uniones con espigas de madera. Fue llamativo el resultado de las operaciones de limpieza, que dieron a conocer la luminosidad y brillantez de ambos cuadros y revelaron la existencia de dos personajes orantes arrodillados ocultos bajo extensos repintes.


Cada una de las esculturas recibió un tratamiento específico, dadas sus características tan distintas. A las operaciones habituales sobre las piezas escultóricas hubo que añadir, en el caso del Niño Jesús, la restauración de su indumentaria: túnica con brocados de oro, camisón y calzón de hilo blanco de batista. La operación de estucado de lagunas no se efectuó en la escultura de San Pedro de Alcántara debido a sus materiales compositivos.


El tratamiento de las ágatas policromadas incluyó la eliminación de antiguas adiciones realizadas a base de masillas con cola en su composición. En el ágata de la Virgen con el Niño, muy fragmentada, fue complicada la separación de los fragmentos, que habían sido adheridos con un adhesivo de contacto de gran resistencia. La reintegración volumétrica del material pétreo se realizó con escayola de dentista.


El retablo fue vuelto a montar después de resanar el suelo en que se asentaba, que había aparecido cubierto de escombros, desnivelado y desprovisto de losetas. Se montó con veinte nuevos anclajes, separado del muro unos cuarenta centímetros al objeto de disminuir la influencia de éste, bastante húmedo durante todo el año. Para evitar la entrada de animales y objetos por detrás del retablo, se ocultó el hueco con añadidos a cada lado que reproducen la arquitectura de madera.

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Ficha técnica y planimetría

Entidad/es promotora/s
Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura
Adjudicatario/s
Crest Arte
Periodo de ejecución
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Inversión
30.050,61 euros
Financia
Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura
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