Santa Cena. Iglesia de Santa María la Mayor la Coronada. Medina Sidonia, Cádiz
Información general
Roque Balduque
La información sobre esta intervención está extraída de los informes de ejecución
Datos históricos
Este conjunto escultórico de la Santa Cena originalmente formaba parte del retablo del Sagrario, contratado en 1554 por Roque Balduque, escultor de origen flamenco afincado en Sevilla. Tras el terremoto de Lisboa de 1755, que afectó a la iglesia profundamente, el retablo del Sagrario fue desmontado y sustituido por el actual. Está compuesto por trece figuras: cinco exentas y ocho formando grupos de dos y tres figuras. Las imágenes tienen carácter de altorrelieve y presentan una marcada frontalidad, encontrándose talladas las zonas frontales y laterales; el lado posterior, no visible, está toscamente labrado en las figuras exentas y sin labrar en los grupos.
El tratamiento formal resulta muy abigarrado, con un marcado expresionismo en los rostros. En toda la obra se muestra de manera evidente cierta influencia de la escultura florentina del siglo XV, así como cierto gusto que recuerda el gótico tardío del norte de Europa.
Estado previo
La causa principal del deterioro que presentaba el conjunto era su abandono durante años en la estancia alta de la torre norte del templo, expuesto a las inclemencias climatológicas. La ausencia de cerramiento en ventanas y huecos que dan al exterior y el mal estado de las cubiertas provocaron la acción negativa de palomas, roedores, insectos, polvo, suciedad y, sobre todo, bruscos cambios higrométricos.
Las esculturas se encontraban en un pésimo estado de conservación, con pérdida de aproximadamente un 60% de imprimación y preparación y de un 85% de estratos de dorado y policromía. Los restos conservados presentaban un gran peligro de desprendimiento. La madera estaba disgregada, con grietas y resecamiento general, con las piezas desensambladas y los clavos oxidados. La mayoría de las figuras se hallaban mutiladas y fuertemente atacadas por insectos xilófagos.
Descripción de la intervención
Se fijaron como objetivos prioritarios la paralización de los procesos de degradación que había sufrido el conjunto escultórico y la neutralización de los daños. El tratamiento aplicado fue exclusivamente de conservación.
Después de una limpieza superficial, se consolidaron y fijaron todos los estratos pictóricos, muy pulverulentos. La madera se limpió mecánicamente, se eliminaron los clavos oxidados y se llevaron a cabo las operaciones de desinsectación, consolidación y fijación. Durante el proceso hubo que desensamblar muchas piezas que presentaban uniones abiertas, clavos y colas cristalizadas. Posteriormente se efectuó una nueva limpieza de la policromía eliminando la suciedad más incrustada y se protegió todo el conjunto.
Por último se realizó un informe donde se señalan las distintas alternativas de emplazamiento para el grupo escultórico en el templo, así como un sistema de montaje adecuado a la disposición y distribución original de las figuras.