Información general
Juan Ramírez (tabla de Santo Domingo)
Taller de los Raxis (atribuido)
La información sobre esta intervención está extraída de los informes de ejecución
Datos históricos
En el momento de iniciarse la restauración, el retablo de Santo Domingo de Silos se encontraba en el presbiterio de la iglesia de Nuestra Señora de las Angustias. Allí había sido montado después de la Guerra Civil, aprovechando siete pinturas sobre tabla y un relieve que procedían de tres retablos de la iglesia de Santo Domingo de Silos, desaparecida hacia 1930. Las tablas representan a Santo Domingo de Silos, San Roque, Santa Catalina, San Andrés, San Juan Bautista, la Presentación del Niño y la Huida de Egipto; el relieve, la Circuncisión.
La tabla de Santo Domingo de Silos, fechada en torno a 1510, es obra de Juan Ramírez, pintor de la escuela granadina, y las restantes obras, del último tercio del XVI, se atribuyen al taller de los Raxis. El autor del relieve se desconoce.
Según se ha puesto de manifiesto en la restauración efectuada, las tablas de la Presentación del Niño y la Huida de Egipto son falsificaciones de las originales. Su sustitución se efectuó después de 1961, como lo demuestran fotografías de la época. El estudio de las maderas demostró que en las tablas falsificadas la presencia de anillos, vasos y densidad eran menores que en las auténticas, su técnica de ejecución era diferente y poseían elementos, como el bario, cromo y cinc, descubiertos en el siglo XVIII y comercializados a partir del XIX.
Tras los análisis se comprobó que, para realizar las falsificaciones, se utilizaron fotografías de las tablas originales. Éstas se pegaron sobre un soporte de madera con estopa por el reverso envejecido con una pátina artificial. En las uniones de ensambles se colocaron colas de milano, tal como se hacía en la época. Finalmente el estrato pictórico, realizado directamente sobre el soporte fotográfico, también se patinó con el fin de que su aspecto fuera el de un barniz oxidado y antiguo.
Estado previo
Los daños producidos en la obra se debían, en parte, a que se había construido reutilizando piezas de otros retablos. Los materiales empleados eran de escasa calidad y se observaban errores técnicos de montaje y clavos distribuidos de forma indiscriminada. La falta de una estructura sólida había originado el desensamble y alabeo general de las piezas, lo que creaba tensiones perjudiciales para las tablas. A todo ello hay que unir los deterioros producidos durante la Guerra Civil: mutilaciones, perdigonadas, etc.
Otras patologías que se advertían eran las derivadas del ataque de xilófagos, pérdidas muy abundantes de preparación y película pictórica, golpes, arañazos, incisiones, oxidación de barnices, además de acumulación de polvo y excrementos de animales.
Descripción de la intervención
Previamente al desmontaje del retablo, se realizó una fijación de urgencia en las zonas que presentaban peligro de desprendimiento. A partir de ahí, el tratamiento consistió fundamentalmente en la limpieza general, la desinsectación, la eliminación de los elementos metálicos que perjudicaban a la obra, la consolidación y el refuerzo de la estructura con barrotes y llaves de madera de sapely. En la policromía se efectuó su fijación, consolidación, estucado y reintegración cromática mediante rayado con pigmentos al barniz. Por último se aplicó una capa de protección generalizada.
La humedad existente de la capilla en que se encontraba el retablo planteó la necesidad de una nueva ubicación. El lugar elegido fue la capilla del Sagrario.
Ficha técnica y planimetría
Fotografías
