Información general
Anónimo
La información sobre esta intervención está extraída de los informes de ejecución
Datos históricos
El retablo de la Virgen de la Antigua está situado en la cabecera de la iglesia de San Andrés, en la capilla sacramental. Se compone de un banco, un cuerpo dividido en tres calles y un ático semicircular. La calle central del cuerpo principal está ocupada por la tabla de la Virgen de la Antigua. En las calles laterales se sitúan las tablas de San Francisco de Asís, San Andrés, Santa Lucía y Santa Catalina de Alejandría. En el ático se representa a Dios Padre rodeado de ángeles. En el banco se disponen dos lienzos con sendas inscripciones. Éstas son copias de las originales, destruidas por un incendio que se pudo producir en el momento del terremoto de Lisboa de 1755. Una de las inscripciones contiene la fecha de ejecución del retablo y la otra aporta detalles sobre su historia material: la intervención que sufrió en 1684, en la que posiblemente solo se consolidó la estructura, y la de 1777, para reparar los graves desperfectos ocasionados por el incendio, entre los que destacan las pérdidas pictóricas de las tablas de la Virgen de la Antigua y San Francisco de Asís.
En las pinturas se advierten dos manos distintas. Una ejecutaría las de Santa Lucía y Santa Catalina, copias de modelos importados de Roma y de peor calidad artística; otra, el resto de las pinturas, de excelente factura. Éstas se encuadran en la tendencia romanista de la escuela sevillana, introducida por Luis de Vargas tras su estancia en Roma, y aunque no son de su mano, su autor pudiera situarse en la generación inmediatamente posterior a él, posiblemente Luis Fernández o Luis de Valdivieso.
Estado previo
El incendio padecido por el retablo era la principal causa de los daños que presentaba. La tabla de la Virgen de la Antigua fue la más afectada: las llamas habían ocasionado una gran laguna en la mitad inferior, con la consiguiente pérdida de parte de la vestimenta de la Virgen y del fondo dorado. En la tabla de San Francisco de Asís también se observaban lagunas en la zona inferior, y en el banco habían desaparecido las inscripciones. Todo el retablo mostraba un oscurecimiento general y se habían formado numerosas microampollas.
Por otra parte las reparaciones antiguas contribuyeron a aumentar los deterioros: los dorados se ocultaron con capas de purpurina, las lagunas se rellenaron toscamente con yeso y se efectuaron numerosos repintes que desvirtuaban la visión de la obra.
Descripción de la intervención
Previamente a la intervención se realizaron una serie de estudios científicos para conocer los materiales compositivos, los aspectos técnicos de la ejecución del retablo, los agentes de deterioro, etc.
Tras esta investigación, se desmontó el retablo para tratar todas las piezas en profundidad. Se limpió, desinsectó y consolidó la estructura. Se asentaron las policromías y se eliminaron los barnices oxidados, los repintes oleosos y las purpurinas. Con todo ello se rescataron los dorados originales y una pintura luminosa y brillante. Se estucaron las lagunas y se reintegraron de color con técnica acuosa y pigmentos puros al barniz. Con el fin de armonizar y unificar la unidad compositiva y su imagen estética, se decidió reintegrar la gran laguna de la tabla principal. Esta operación se hizo basándose en el esquema compositivo de su homónima de la Catedral de Sevilla. Se emplearon acuarelas y pigmentos puros al barniz mediante las técnicas del punteado y rayado, según las zonas.
Antes de anclar el retablo en su emplazamiento, se intervino en el muro eliminando los enyesados, que ocultaban unos esgrafiados originales con motivos eucarísticos y marinos.
Ficha técnica y planimetría
