Puente romano de Villa del Río

Información general

Tipología
Arquitectura civil
Provincia
Córdoba
Municipio
Villa del Río
Situación Legal
Bien de Interés Cultural por Decreto de 3 de junio de 1931 (Gaceta de Madrid de 4 de junio de 1931) y por la disposición adicional primera de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (BOE de 29 de junio de 1985). Es de titularidad de la Junta de Andalucía
Cronología
Alto Imperio romano, época augustea
Observaciones

La información que se ofrece sobre esta intervención está extraída de los informes de ejecución de los trabajos.

Bibliografía relacionada

DURÁN FUENTES, Manuel, "Puentes romanos peninsulares: tipología y construcción", en Actas del Primer Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Madrid, 19-21 septiembre 1996, Madrid, I. Juan de Herrera, CEHOPU, 1996.

FERNÁNDEZ CASADO, Carlos, Historia del puente en España: puentes romanos, Madrid, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, 2008.

GARCÍA BELLIDO, Antonio, “El puente romano de Villa del Río”, Oretania, 21 (1965), pp. 142-149.

LOPE Y LÓPEZ DE REGO, José Luis, “El puente romano de Villa del Río. Estudio arqueológico y arquitectónico”, Boletín de la Real Academia de Córdoba, de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes, 145 (2003), pp. 9-30.
 

Imagen
Fotografías
Manuel Pedregosa Cruz

Descripción del bien

El puente de Villa del Río salva el denominado río Salado de Porcuna en el límite entre las provincias de Córdoba y Jaén. Es una esbelta construcción de sillares de piedra, ubicada junto a la autovía A-4, cerca del núcleo urbano de la citada localidad cordobesa. Consta de cuatro ojos: uno central, con bóveda de 9,04 m de luz y 5,20 m de ancho, dos medianos a ambos lados y otro pequeño en el extremo oriental, este último circunstancialmente cegado por depósitos de aluvión. Posiblemente tuvo un quinto arco, hoy desaparecido, en el extremo más próximo a la población, lo que le daría una disposición simétrica. En las pilas que flanquean la bóveda central, presenta dos desaguaderos.

La construcción está realizada con sillería de piedra molinaza, una arenisca de color rojizo muy común en la zona. Otros rasgos destacables son el almohadillado de la mayor parte de los arcos y tímpanos, el engatillado presente en las dovelas de todos los arcos y la disposición constructiva de los dos arcos laterales apoyados en el dovelaje de los desaguaderos, detalle constructivo llamativo que da cierta sensación de fragilidad al puente.

Imagen
Imagen
Fotografías
Manuel Pedregosa Cruz

Datos históricos

Datos históricos

El puente, ubicado en la Via Augusta, entre Castulo y Corduba, formaba parte de la red viaria romana y después de la del Califato. Dentro de los aspectos que apoyan la romanidad de la obra destaca la presencia del almohadillado y cierto parecido tipológico con el puente Calamone, en Narni (Italia), situado en la Vía Flaminia a unos 90 km de Roma. Sin embargo, determinadas singularidades constructivas, como son el engatillado de las dovelas de sus arcos —de una presencia muy escasa en las fábricas romanas de todo el Imperio— y el diseño de los aliviaderos, que destacan por únicos y atrevidos entre los puentes romanos peninsulares, han hecho que autores como Durán Fuentes (1996) hayan puesto en duda el origen romano de la totalidad o de parte de sus tipologías y fábricas actuales, pensando que puedan ser reconstrucciones de época árabe-andalusí, ejecutadas con técnicas bizantinas, sobre antiguas cimentaciones de indudable filiación romana.

Por este puente circuló el tráfico de la carretera de Andalucía hasta 1934, año en que se construyó uno nuevo unos 50 m aguas abajo. Destruido este en la Guerra Civil, volvió a entrar en servicio el primero hasta que en 1965 volvió a ser sustituido por un nuevo puente. Desde los años 1960 el puente se ha visto afectado por diversas intervenciones en el cauce y por la vecina autovía del 92.

Imagen
Imagen
Fotografías
1.- Manuel Pedregosa Cruz. 2.- Francisco Javier Romero García.

Estado previo

Estado previo

El puente ha sido reparado en distintas ocasiones desde su origen, tal como es fácilmente apreciable. Así, junto a los sillares almohadillados originales, se observan otras superficies con sillares lisos, reparaciones con fábrica de ladrillo o mampostería y un uso extensivo de morteros, los más recientes a base de cemento. Muchos de los sillares repuestos parecen colocados en el siglo XX para suavizar el peralte y facilitar así el tránsito de vehículos.

Gran parte de la degradación del puente se debe a algunas de las actuaciones llevadas a cabo en su entorno en años recientes, con un impacto negativo en las condiciones hidráulicas que inciden sobre él. Entre estas actuaciones citamos las siguientes:

– Desvío, en 1986, del arroyo de las Cañas, que desemboca a escasos metros aguas arriba del puente y aumenta las inundaciones en periodos de lluvia y el caudal en general.
– Encauzamiento del arroyo aguas arriba mediante una obra de gaviones que, aunque evita el desbordamiento en caso de crecida, perjudica al puente al provocar la reducción de la anchura de la lámina de agua y el aumento de la presión hidráulica sobre él.
– Construcción, en 1992, del puente de la autovía A-IV, que eleva el cauce del arroyo al actuar como presa.
– Colocación, en 1999, de losas de hormigón en las pilas del puente de la N-IV, aguas abajo, que merman la capacidad de desagüe del arroyo, provocan la subida del nivel de lodos y hacen disminuir la esbeltez del puente.

Con tales condicionantes, el deterioro del puente se ha ido acentuando en los últimos años. Los sillares, especialmente en los arcos y aliviaderos, han sufrido un enorme desgaste y también han resultado afectados, arrastrados o lavados, los morteros de las juntas, incluso en el interior de la fábrica, a lo que ha ayudado la pérdida del pavimento asfáltico ejecutado sobre el tablero en el siglo XX. En 1997, la crecida del arroyo fue tal que derribó los pretiles del tablero, no originales, integrados por más de sesenta piezas. Para reforzar la construcción, los arcos se apuntalaron provisionalmente con perfiles de acero sobre losas de hormigón dispuestas sobre los depósitos de aluvión de los dos arcos laterales. Las losas fueron ejecutadas directamente en contacto con los sillares del intradós de los arcos. Esta reparación sufrió a su vez los efectos de la corriente y resultó arruinada al fracturarse una de las losas y desgajarse los perfiles de acero.

En cuanto al estado general de la piedra, no todos los sillares del puente son de piedra molinaza, que han demostrado un buen comportamiento frente a la degradación natural. Hay un tipo de sillares de color más claro y amarillento puntualmente afectados por algún grado de alveolización y arenización.

Imagen
Imagen
Fotografías
Manuel Pedregosa Cruz

Descripción de la intervención

Descripción de la intervención

La intervención sobre el puente consistió en su consolidación y protección, así como en la retirada de los restos deteriorados de anteriores actuaciones. Para consolidar la estructura, que se encontraba muy debilitada por la acción erosiva del agua, se repararon los sillares y juntas afectados por el desgaste. Además se actuó en el tablero, desprotegido por la pérdida del pavimento de la calzada. El trabajo realizado sirvió para estabilizar la fábrica de piedra y hacerla más resistente a los agentes de deterioro. Sin embargo, la conservación del puente no se podrá garantizar en tanto no se mejoren las condiciones hidráulicas que inciden sobre él.

Para poder actuar en todos los niveles de la fábrica fue necesario programar los trabajos durante el verano, desecar el cauce en el tramo afectado por las obras, habilitar vías de acceso para la maquinaria utilizada (una retroexcavadora) y retirar lodos hasta alcanzar el arranque de la cimentación.

Tras una limpieza de la fábrica, se procedió al rejuntado en muros y dovelas con mortero de cal. Con objeto de consolidar en profundidad las juntas de la fábrica, se vertió mortero por las oquedades de las juntas accesibles desde la superficie del tablero, hasta alcanzar el intradós del arco central. En diversos puntos en los que las juntas lo permitieron, se hicieron taladros hasta la superficie del tablero, desde donde proceder de igual forma, con el propósito de que la parte más delgada del puente, el tablero a la altura del arco central –que presenta un espesor de un solo sillar– trabaje como un único elemento. Tras diversas pruebas buscando una coloración que armonizase con el tono de la piedra empleada en el puente, se logró la tonalidad deseada sustituyendo la arena del mortero parcialmente por ceniza volcánica.

Para el refuerzo de la fábrica se aplicaron materiales que ya habían sido utilizados en reparaciones anteriores:
– Para las pérdidas de mayor tamaño en muros se ejecutó fábrica de ladrillo de tejar, colocado a soga, reproduciendo las juntas de sillares cuya cara vista había desaparecido con una junta corrida que reproduce la forma del original.
– En los lugares en los que no era posible introducir ladrillos o medios ladrillos, se utilizaron cantos rodados encontrados en el entorno del puente, que son los mismos empleados en reparaciones anteriores. Estas piezas más pequeñas permiten rellenar juntas lavadas de menor espesor que pueden ser muy profundas y desestabilizar tanto como las mayores, muy visibles.
– El aparejo utilizado en la consolidación de dovelas fue distinto, ya que se colocó siguiendo la misma lógica estructural que las piezas a las que refuerzan, en abanico.
– Las consolidaciones de fábrica en suelos se ejecutaron en espiga, revelando su función de revestimiento.

La mayoría de las reparaciones de ladrillo se realizaron previa limpieza del contorno para garantizar que trabajen solidariamente con el resto de la fábrica, sin embargo, en algunas ocasiones fue necesaria la utilización de varillas de fibra de vidrio introducidas en las juntas, fijadas previamente al mortero existente en el fondo de ellas.

Otro de los trabajos realizados consistió en la retirada de la losa de hormigón situada bajo el arco occidental, por encontrarse fragmentada y presentar riesgo de dañar la estructura del puente. No se realizó, sin embargo, la retirada de la del arco oriental, estable y en perfecto estado.

Para proteger el tablero y la fábrica cubierta por él se ejecutó una solera de mortero de cal de diez centímetros de espesor sobre un lecho de arena estabilizada con cal, extendida sobre un geotextil que separa la actuación del substrato. En los bordes de la solera se extendió una lámina plástica sobre los sillares y se llevó el mortero hasta dicha lámina. De esta manera se evita que la arena se lave y se comprometa la durabilidad de la solución, sin tocar en ningún punto la fábrica ni el substrato.

En los sillares más afectados por la pérdida de sus propiedades mecánicas se efectuó un tratamiento puntual de consolidación a base de silicato de etilo.

Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Fotografías
Manuel Pedregosa Cruz

Ficha técnica y planimetría

Entidad/es promotora/s
Consejería de Cultura.
Adjudicatario/s
Proyecto y dirección de las obras: Manuel Pedregosa Cruz, arquitecto
Estudio de seguridad y salud: Luis de Olmedo Gordillo, arquitecto técnico
Empresa adjudicataria de las obras: Cooperativa de la Construcción de Villanueva de Córdoba. Restauradora: Marina Ruiz Gutiérrez
Periodo de ejecución
-
Inversión
70.021,92 euros
Financia
Consejería de Cultura

Fotografías

Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Índice