Velázquez: Maestro del Barroco

Documés noviembre 2023

Siguiendo con el ciclo que se inició en octubre con Velázquez como aprendiz, centramos el Documés de Noviembre en Velázquez como maestro. Para ello destacamos un documento que supone otro hito en la evolución del pintor como fue adquirir la condición de maestro, exponiendo el acta del examen de Diego Velázquez de Silva para maestro del arte de la pintura
ante Francisco Pacheco y Juan de Uceda, maestros del arte de la pintura de imaginería y alcaldes veedores del gremio (14/03/1617). Colección CELOMAR., sig. 25205/6, folios 85v-86v.


Acabada la fase de aprendizaje que comenzó al entrar en el taller de Francisco Pacheco en 1611, l 14 de marzo de 1617 Diego Velázquez con casi 18 años, realizaba el examen para maestro del gremio de pintores de Sevilla. La reglamentación del gremio controlaba el intrusismo así como garantizaba la calidad técnica.


Según se recoge en el acta protocolarizada del examen, Velázquez respondió a las preguntas y como ejercicio práctico presentó las obras que le solicitaron los alcaldes veedores del gremio de pintores de imaginería, el propio Pacheco y otro de los grandes pintores del momento, Juan de Uceda. Finalmente, le dan licencia y hace el juramento “e juró a dios y a la cruz en forma de derecho, que usará bien e fielmente del dicho arte e guardará las hordenanças que los maestros del tienen en esta
ciudad, e no irá contra ellas, so las penasen ellas contenidas(...)".


Velázquez a partir de ese momento podía ejercer como pintor, contar con taller propio, tienda, tener aprendices a su cargo y ejercer con libertad el oficio.

“los dichos alcaldes vedores dijeron que (...) daban e dieron por examinado a el dicho Diego Velázquez de Silba del dicho arte de pintor de lo que está declarado, e le daban e dieron licencia e facultad para que pueda usar y use del dicho arte en esta dicha ciudad y en otras cualesquier partes e lugares delos rreynos e señoríos, e poner e tener tienda pública y oficiales e aprendices del dicho arte como qualquier maestro examinado del libremente, e pidieron e suplicaron a qualesquier jueces e justicias e otras personas ante quien la presente carta de examen e licencia pareciere, dexen y consientan usar a el dicho Diego Velázquezel dicho su arte y en ello, y en la tienda que pusiere no le pongan enbargo ni inpedimento alguno, atento como dicho es lo an examinado y es ábile suficiente dello”.


La información sobre la actividad artística del pintor es escasa, no hay constancia de que abriese tienda en la ciudad y no se han encontrado contratos de obras. Los propietarios de sus primeros cuadros eran miembros de una élite sevillana culta e ilustrada, que realizaría sus tratos directamente con el pintor, como el duque de Alba o Luis de Medina, veinticuatro de la ciudad.
Igualmente no trabajó para el mercado americano ni realizó grandes ciclos pictóricos, por lo que no necesitó un nutrido grupo de oficiales.


Pacheco fue un hombre de conocimientos teóricos profundos que aceptó la superioridad de su discípulo y se convenció del excepcional artista que era. Finalmente incluye a Velázquez en el seno de su familia como marido de su hija Juana, boda que se celebraría en 1618, al año de convertirse en maestro.


Pacheco diría en el tratado que publicó titulado ‘El Arte de la Pintura’ (1649): “Diego Velásques de Silva, mi yerno, ocupa (con razón) el tercer lugar (de famosos pintores de su tiempo, tras Rómulo Cincinato y Rubens), a quien después de cinco años de educación y enseñanza casé con mi hija, movido de su virtud, limpieza, y buenas partes: y de las esperanzas de su natural y grande ingenio. Y por que es mayor la honra de Maestro que la de Suegro, ha sido justo estorbar el atrevimiento de alguno que se quiere atribuir esta gloria: quitándomela corona de mis postreros años. No tengo por mengua aventajarse el Discípulo al Maestro (...)”. Obras de Velázquez en su etapa sevillana son “La vieja friendo huevos”, “El aguador de Sevilla”, “Los tres músicos”, “El almuerzo”, “La mulata” o “Cristo en casa de Marta y María”. La mayoría de los cuadros pintados en Sevilla se conservan en colecciones extranjeras.

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