La Necrópolis de Carmona: un conjunto arqueológico modelo en el siglo XIX

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Código de referencia: AGA, Fondo Jorge Bonsor. MPD 46.87
Título: Invitación para reunión arqueológica en la Necrópolis romana de Carmona.
Fecha: 1886, junio 6. Carmona
Autor: Jorge Bonsor
Características físicas: papel. 1 h. Dibujo impreso. Texto manuscrito

La Necrópolis romana de Carmona

Hoy en día el Conjunto Arqueológico de Carmona, gestionado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, es sin lugar a dudas el mejor conjunto funerario romano de toda la península.

Lo que no todo el público conoce es que ya a finales del siglo XIX, gracias a la iniciativa de Juan Fernández López, farmacéutico aficionado a las antigüedades, y de Jorge Bonsor, pintor inglés afincado en Carmona, se había convertido en el primer yacimiento arqueológico abierto al público en España.

Ya desde mediados del siglo XIX se venían realizando puntuales excavaciones en los terrenos del camino del Quemadero, en Carmona, la mayoría llevadas a cabo por Luis Reyes “Calabazo” con la única finalidad de extraer objetos para satisfacer el afán coleccionista de personajes como Francisco Mateos Gago, Antonio Ariza o el propio Juan Fernández López.

La asociación de éste con Jorge Bonsor tras su llegada a Carmona, cambiará totalmente el panorama. La compra por ambos, en 1881, de los terrenos en los que se habían producido la mayoría de los hallazgos, inició una fructífera etapa de excavaciones sistemáticas, con procedimientos más acordes con las nuevas tendencias que se estaban imponiendo en Europa. Para ello durante el año 1882 recorrieron el continente visitando los principales museos para preparar concienzudamente la excavación de la Necrópolis, que comenzaría a finales de 1883.

Cuando el 24 de mayo de 1885, en un tiempo récord, se inauguraba la Necrópolis habían sido excavados más de 200 enterramientos, muchos de los cuales podían ser visitados por el público. A pesar de que pronto Bonsor dirigió su interés, nuevamente en consonancia con las tendencias imperantes en Europa, hacia los poblamientos prerromanos especialmente en la zona de Los Alcores, nunca dejó de prestar atención a la Necrópolis y a difundir los nuevos hallazgos hasta que poco antes de su muerte, cedió aquella al Estado con el objetivo claro de que siguiera siendo un monumento para uso y disfrute del público en general.

La apertura al público de la Necrópolis

Aunque a veces se cuestione la talla de Jorge Bonsor como arqueólogo, algo comprensible desde la óptica actual pero a todas luces injusto contemplando el panorama de la arqueología española de finales del XIX, lo que nadie puede discutir es su figura como pionero de la puesta en valor de los yacimientos arqueológicos, no como simples acumulaciones de materiales, sino como centros de interpretación y difusión de la Historia.

De hecho, tras la inauguración de la Necrópolis habría que esperar más de 30 años para que en España abriera el siguiente conjunto arqueológico (Numancia, 1919).

Además, ya desde el mismo momento de su apertura, el conjunto disponía del más completo equipamiento para hacer posible la visita:

  • Carteles anunciadores con indicación de accesos, medios de transporte, precios de las entradas, normas para los visitantes etc.
  • Visitas acompañadas por un guarda.
  • Venta de guía-catálogo así como de publicaciones y fotografías.
  • Itinerario de la visita con los enterramientos perfectamente delimitados, numerados y señalizados a la entrada.
  • Zona dedescanso con la posibilidad de hacer pic-nic.
  • La visita se completaba con un pequeño museo, en una concepción original en el contexto de la época, ubicando el material de las excavaciones junto al yacimiento, convirtiéndolo así en el primer museo de sitio existente en España.

Junto a ello destacó la celebración de eventos con la participación de personalidades del mundo de la cultura y de la arqueología. De hecho, la inauguración se hizo coincidir con la creación de la Sociedad Arqueológica de Carmona.

Al año siguiente se celebró una reunión en la que se dieron a conocer los avances en las excavaciones. En este caso Jorge Bonsor diseñó las invitaciones, como la del documento que aquí se expone.

Cuando en 1887 se crea el Ateneo y Sociedad de Excursiones de Sevilla, la primera visita programada lo es precisamente a la Necrópolis, lugar donde, según reconoce su socio fundador Manuel Sales y Ferré en carta a Jorge Bonsor, surgió el germen del propio Ateneo.

Prueba del reconocimiento de la labor llevada a cabo en Carmona es que en 1912, a sugerencia de José Ramón Mélida, director del Museo Arqueológico Nacional, Jorge Bonsor realizó una visita al teatro romano de Mérida, cuyas excavaciones dirigía el propio Mélida. A su vuelta Bonsor le escribe haciendo unas recomendaciones que, aún hoy en día, podrían ser aplicables en la gestión de cualquier monumento:

  • Adecuación paisajista del monumento con la compra del terreno circundante y la colocación de plantas que realcen los restos arqueológicos
  • Creación de un pase de temporada para los habitantes de la zona y así facilitarsu implicación en la conservación del monumento.
  • Instalación de un centro de acogida que sirva de entrada, albergue las dependencias administrativas, así como el establecimiento de un café-restaurante.
  • Representaciones teatrales tanto diurnas como nocturnas aprovechando las noches de verano.
  • Finalmente, en nueve puntos, le sugiere una serie de mecanismos para la financiación del monumento, que van desde la venta de entradas hasta la programación de obras teatrales y, sólo en último término, se contemplan las posibles subvenciones del Gobierno.

Con estos mimbres, enunciados por Jorge Bonsor y llevados a la práctica muchos de ellos en Carmona, se construye aún hoy en día, en pleno siglo XXI, la planificación de las visitas de los principales conjuntos arqueológicos de nuestro país.

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