Una armazón de esclavos de Angola para la nueva España

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Código de referencia: AGA, Archivo de los condes de Gómara y familia Arias de Saavedra. 5.919.2.
Título: Información de Hernando Pérez Barreto, escribano, sobre la armazón de esclavos que procedente de Angola salió paraNueva España
Fecha: 1638, noviembre 22. La Habana
Características físicas: Papel. Escritura procesal encadenada. 65 folios

La esclavitud

La trata de esclavos africanos se inicia a comienzos del siglo XVI en relación directa con la disminución de los indígenas para realizar los trabajos en el Nuevo Mundo. La Corona concedía licencias para traer esclavos de África y venderlos en los reinos de las Indias, lo que le suponía además una fuente de ingresos gracias a lo recaudado por los permisos concedidos para ello.

La Casa de la Contratación de Sevilla era el organismo estatal encargado -entre otras competencias- del comercio de personas con el Nuevo Mundo, por lo que emitía los consiguientes Registros en los que se anotaba el número de esclavos transportados por cada embarcación, al objeto de evitar las entradas ilegales y el correspondiente fraude al fisco. Motivo por el cual fueron únicamente habilitados para desembarcar esclavos los puertos de Cartagena y Veracruz.

Las embarcaciones fletadas para este negocio eran denominadas armazones. El capitán del navío debía afrontar a su costa los riesgos de navegación, siendo bastante peligrosos los últimos días de la travesía por los abordajes de corsarios y piratas, que merodeaban las costas del Nuevo Mundo.

Durante la travesía la mortalidad era elevada debidoa las precarias condiciones sanitarias y al hacinamiento de la carga. Para recuperar estas pérdidas, se permitía cargar un mayor número de esclavos de los que se registraban en la Casa de Contratación. A su llegada a puerto, el navío era inspeccionado y su documentación examinada por funcionarios reales, previamente al desembarco y venta de los esclavos.

No obstante, el contrabando fue abundante, así como el cohecho por parte de los oficiales reales, introduciéndose esclavos sin control de la Justicia y de manera fraudulenta.

La armazón de esclavos de Juan de Burgos

En el año 1627, el capitán Juan de Burgos partió hacia Angola con un navío de 300 toneladas y 18 marineros para organizar una armazón de esclavos, portando el consiguiente Registro expedido por la Casa de la Contratación de Sevilla.

Cuatro años más tarde, en 1631, zarpó el navío desdeSan Pablo de Luanda (Angola),cargando alrededor de 400 esclavos con destino a Veracruz. Pero este cargamento nunca llegó a su destino, pues Miguel de Neve, compañero de la dicha armazón –socio de flete del navío-, denunció ante la Casa de la Contratación y la Audiencia de Sevilla el fraude cometido en ello por el gobernador de La Habana.

Para la investigación emprendida en los autos que se siguieron acerca de los hechos acaecidos se designaron tres testigos -que tuvieron que responder a 17 preguntas formuladas para el caso-, entre los que se encontraba Luis Pérez Piñero, contramaestre del navío. Los tres interrogados coincidieron en sus declaraciones.

Por dichas declaraciones se supo que el navío, llegando al puerto de San Juan de Ulúa fue asaltado por dos barcos holandeses, que lo dejaron desguarnecido y a su tripulación presa en él durante cuatro días. Perdidos, arribaron a Cabo Cruz, donde una fragata propiedad de Sebastián Díaz, vecino de Bayamo, condujo a la embarcación al puerto de Manzanillo por 500 pesos. Durante el trayecto murió el capitán Juan de Burgos, no sin nombrar antes administradores del navío al contramaestre y al cirujano, quienes quedaron al mando y a la espera de recibir órdenes de Francisco Núñez Melián, gobernador de Caracas, para proseguir su viaje hacia Veracruz, una vez recompuesta la maltrecha embarcación.

Pero estando en Manzanillo se presentó Pedro de Fonseca Betancour, gobernador de La Habana, con oficiales reales, un escribano y un tesorero real, con poder de Francisco Núñez Melián, exigiéndoles el Registro bajo amenaza de prisión y ordenando a la tripulación desembarcar a los esclavos y llevarlos a Bayamo, mientras el navío era reparado para proseguir su camino hasta su destino original.

Una vez los esclavos en tierra, el Gobernador organizó una falsa venta de más del 40% de los mismos en su propio beneficio, declarando solamente 120 de los 350 que efectivamente habían llegado, alegando ser muchos los que habían perecido en el camino y haber otos escapado al ser desembarcados. Él mismo se ocupó del transporte de los pocos que quedaron a Cartagena y Veracruz, aunque tampoco éstos llegaron a su destino, siendo llevados a su casa para su propio provecho. Asimismo, se ocupó de vender el maltrecho navío a bajo precio al piloto que lo fondeó en Manzanillo.

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